Me ha avisado el amigo Alejandro de una interesante entrevista publicada en XL Semanal al endocrinólogo español, experto mundial en obesidad y profesor en la Universidad de Cambridge, Antonio Vidal Puig. Como suele ocurrir con este tipo de entrevistas cortas, nos deja casi más preguntas que respuestas, pero he querido extraer algunas líneas muy importantes. Recordemos que es uno de los médicos que más sabe de esto:
Seguimos sin saber qué ha ocurrido exactamente en los últimos 50 años para que se haya producido esta epidemia que se extiende por el mundo. (...). La conclusión general es que existen factores ambientales nuevos que actúan sobre genomas que predisponen a la obesidad.
(...) intentar prevenir y/o revertir la epidemia de obesidad. Un objetivo que hoy por hoy, y a pesar de todos los hallazgos científicos, puede considerarse como un fracaso a nivel poblacional. (...) prepararse para una epidemia de enfermedades derivadas de la obesidad, que incluye diabetes tipo 2, patología cardiovascular y ortopédica... Los niños obesos de hoy posiblemente vivirán menos que sus padres, sufrirán más diabetes e infartos y acabarán teniendo rodillas biónicas, si es que se las pueden financiar. Es urgente poner en marcha un plan B paliativo para dar la mejor calidad de vida a esos pacientes obesos hasta que exista un tratamiento definitivo para la obesidad
(Hacer) ejercicio. No porque vaya a ayudarlos a perder peso, sino porque va a servirles para prevenir las complicaciones cardiometabólicas de la obesidad. (...) enfatizar la importancia de estar en forma si se es obeso. Otro aspecto que me gustaría destacar son los enormes beneficios derivados de una pérdida moderada y realista de peso. La pérdida de apenas el cinco por ciento del peso corporal ya conlleva beneficios significativos en muchos parámetros de salud.
Hay que concienciar a la gente, e incluso a algunos médicos, de que la obesidad es una enfermedad real. Que los pacientes obesos no son ni caprichosos ni perezosos ni personas sin voluntad. Simplemente no han tenido suerte. Los mismos genes que ayudaron a sobrevivir a sus antepasados durante 50.000 años en épocas de escasez hoy les suponen una desventaja. De alguna manera, los delgados deberían considerarse gente con suerte, porque, por alguna razón, sus genes lograron sobrevivir en épocas de escasez y ahora esos genes los protegen. En cualquier caso, al paciente obeso no le queda más remedio que desafiar a sus genes y mantener una lucha continua. En esa lucha, la ciencia y la sociedad deben proporcionarle toda la ayuda posible.
A tener en cuenta.
Seguimos sin saber qué ha ocurrido exactamente en los últimos 50 años para que se haya producido esta epidemia que se extiende por el mundo. (...). La conclusión general es que existen factores ambientales nuevos que actúan sobre genomas que predisponen a la obesidad.
(...) intentar prevenir y/o revertir la epidemia de obesidad. Un objetivo que hoy por hoy, y a pesar de todos los hallazgos científicos, puede considerarse como un fracaso a nivel poblacional. (...) prepararse para una epidemia de enfermedades derivadas de la obesidad, que incluye diabetes tipo 2, patología cardiovascular y ortopédica... Los niños obesos de hoy posiblemente vivirán menos que sus padres, sufrirán más diabetes e infartos y acabarán teniendo rodillas biónicas, si es que se las pueden financiar. Es urgente poner en marcha un plan B paliativo para dar la mejor calidad de vida a esos pacientes obesos hasta que exista un tratamiento definitivo para la obesidad
(Hacer) ejercicio. No porque vaya a ayudarlos a perder peso, sino porque va a servirles para prevenir las complicaciones cardiometabólicas de la obesidad. (...) enfatizar la importancia de estar en forma si se es obeso. Otro aspecto que me gustaría destacar son los enormes beneficios derivados de una pérdida moderada y realista de peso. La pérdida de apenas el cinco por ciento del peso corporal ya conlleva beneficios significativos en muchos parámetros de salud.
Hay que concienciar a la gente, e incluso a algunos médicos, de que la obesidad es una enfermedad real. Que los pacientes obesos no son ni caprichosos ni perezosos ni personas sin voluntad. Simplemente no han tenido suerte. Los mismos genes que ayudaron a sobrevivir a sus antepasados durante 50.000 años en épocas de escasez hoy les suponen una desventaja. De alguna manera, los delgados deberían considerarse gente con suerte, porque, por alguna razón, sus genes lograron sobrevivir en épocas de escasez y ahora esos genes los protegen. En cualquier caso, al paciente obeso no le queda más remedio que desafiar a sus genes y mantener una lucha continua. En esa lucha, la ciencia y la sociedad deben proporcionarle toda la ayuda posible.
A tener en cuenta.
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