Queda poco para terminar con las comilonas navideñas y muchos tendrán como propósito para el nuevo año el intentar perder unos kilitos, pero ¿qué es mejor, perder peso de forma progresiva o hacerlo rápidamente?
Normalmente se suele afirmar que adelgazar "demasiado rápido" puede dar peor resultado a largo plazo y provocar mayor "efecto rebote" (es decir, recuperación del peso perdido e incluso más), pero ¿hay pruebas que soporten esta afirmación?
Hace un tiempo escribí un post en el que comenté un interesante estudio que analizó este tema, "The effect of rate of weight loss on long-term weight management: a randomised controlled trial" (2014). En este trabajo se analizó la evolución durante 3 años de 200 personas divididas en dos grupos y sometidas a dos dietas de pérdida de peso, una rápida (12 semanas y basada en sustitutivos de comidas) y otra gradual (36 semanas y basada en una dieta con déficit de 400-500 kcal diarias). Tras finalizar la investigación, estos fueron los resultados de la fase de pérdida de peso y la evolución posterior en ambos grupos (rojo=rápida; azul=gradual):
Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable
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24 dic 2018
Lo que comen los cazadores-recolectores y las bases de la paleodieta
La popularidad de las dietas paleolíticas o evolutivas no para de crecer. Y suele ser habitual presenciar intensos debates entre detractores y defensores respecto a la conveniencia de intentar imitar los hábitos de cazadores-recolectores, especialmente en el ámbito alimentario. Pero para que dicho debate sea riguroso, lo primero que habría que determinar es qué comían nuestros ancestros.
Uno de los errores más habituales al hablar de salud y alimentación es la excesiva simplificación de cuestiones complejas y este caso no es excepción. El ser humano moderno lleva decenas de miles de años sobre la tierra y sus antepasados evolutivos millones, por lo que hablamos de periodos de tiempo muy largos. Periodos en los que innumerables pueblos han luchado por sobrevivir en todo tipo de entornos y siguiendo estrategias muy variadas. Por ello las generalizaciones respecto a la forma de vida de nuestros antepasados lejanos deben hacerse con cuidado. Y si queremos recabar información sobre aquellos tiempos, lo tendremos realmente difícil, dado que los restos que se conservan son muy escasos y tienen gran riesgo de no ser representativos.
Una perspectiva diferente para estudiar estas cuestiones es poner en un segundo plano los datos del pasado y centrarse en el presente. En pueblos actuales pero con formas de vida que podrían ser similares a las de entonces. Que se hayan mantenido aislados, primitivos y alejados de la tecnologíay que obtiengan sus recursos de su entorno más cercano.
Hace unos días se ha publicado una revisión con esta perspectiva en la revista Obesity Reviews, "Hunter‐gatherers as models in public health" (2018), firmada por expertos que se han pasado gran parte de su vida profesional conviviendo con este tipo de pueblos e investigando sus hábitos y su salud. Los autores hacen un repaso bastante didáctico de las investigaciones realizadas sobre la salud y la forma de vida de pequeñas poblaciones de cazadores-recolectores con formas de vida ancestrales. El documento es de libre acceso, así que pueden leerlo completo en este enlace.
A continuación procedo a traducirles libremente buena parte del artículo, empezando por la parte referida a la dieta la dieta y la alimentación:
3 dic 2018
¿Es importante que los niños desayunen? Lo que dicen los estudios sobre el desayuno infantil
Si están al día de lo que ocurre en el ámbito de la nutrición en las redes sociales, supongo que se habrán enterado del último huracán de Twitter.
Todo comenzó con este titular extraído de una frase del cocinero Juan Llorca:
La respuesta no se hizo esperar. Se generó un acalorado debate en twitter y dos claras opiniones, quienes criticaban sin miramientos la frase del cocinero y quienes no la veían tan descabellada. Como a veces ocurre en las redes sociales (y por qué no decir, en la vida real), la discusión degeneró y llegó a ataques personales e incluso a insultos y situaciones desagradables. Y como también suele ocurrir en estos casos, no se profundizo en lo importante: en lo que dicen la evidencia y los estudios. Así que he decidido dedicar un post al asunto de la importancia (o no) del desayuno infantil.
Vamos allá.
Todo comenzó con este titular extraído de una frase del cocinero Juan Llorca:
La respuesta no se hizo esperar. Se generó un acalorado debate en twitter y dos claras opiniones, quienes criticaban sin miramientos la frase del cocinero y quienes no la veían tan descabellada. Como a veces ocurre en las redes sociales (y por qué no decir, en la vida real), la discusión degeneró y llegó a ataques personales e incluso a insultos y situaciones desagradables. Y como también suele ocurrir en estos casos, no se profundizo en lo importante: en lo que dicen la evidencia y los estudios. Así que he decidido dedicar un post al asunto de la importancia (o no) del desayuno infantil.
Vamos allá.