Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable

11 dic 2020

Comida ultraprocesada y apropiación de la ciencia nutricional por parte de la industria


Hace unos días se publicó en la revista científica British Medical Journal el ensayo Ultra-processed foods and the corporate capture of nutrition (Comida ultraprocesada y apropiación de la ciencia nutricional por parte de la industria), escrito por Gyorgy Scrinis, profesor de política alimentaria en la School of Agriculture and Food de la Universidad de Melbourne.

El texto, que habla de cómo la industria alimentaria influye poderosamente en la ciencia de la nutrición, me ha parecido muy interesante y absolutamente alineado con los contenidos de la última edición del libro "La guerra contra el sobrepeso" (de hecho hay varios temas en los que son totalmente coincidentes). Así que me he decidido a traerlo al blog traducido.

Allá va:

"En 2015, el New York Times reveló que Coca Cola estaba financiando encubiertamente la Global Energy Balance Network, con sede en la Universidad de Colorado, una red de investigación creada para promover el mensaje de que todas las calorías son iguales. El objetivo de la red era mostrar que las bebidas azucaradas no son más responsables del aumento de obesidad que cualquier otro alimento o que la falta de actividad física. Al hacerlo, Coca Cola estaba copiando y adaptando las actividades políticas corporativas y las estrategias científicas que han sido pioneras y perfeccionadas por las empresas de tabaco, alcohol y farmacéuticas, para defender y promover sus productos.

Las empresas de alimentos y bebidas, como Coca Cola, se han involucrado en lo que denominaré "actividades científicas corporativas". Estas actividades están diseñadas para producir e influir en el conocimiento científico, utilizándolo para evaluar, promover, legitimar y regular sus productos. Tales actividades incluyen la financiación y realización de investigaciones nutricionales relacionadas con sus productos; el patrocinio de seminarios científicos y reuniones de expertos; la participación en comités de normas y políticas científicas; la publicación en revistas académicas; la financiación de grupos de científicos líderes y la ejecución de programas de educación nutricional.

Las corporaciones de alimentos ultraprocesados ​​utilizan estas estrategias no solo para influir en el conocimiento nutricional relacionado con sus productos, sino también para dar forma a los conceptos más amplios que enmarcan la comprensión de los científicos y del público sobre los alimentos y el cuerpo. De hecho, estas corporaciones se han beneficiado y buscan ampliar y apropiarse de algunos de los métodos y conceptos de la ciencia de la nutrición convencional. El modelo de balance energético que promueve Coca Cola, por ejemplo, es un concepto estándar utilizado por los científicos de la nutrición para explicar el aumento y la pérdida de peso (es decir, calorías que ingresan, calorías que salen), y del que Coca Cola ha intentado apropiarse para orientarlo hacia una determinada dirección. Una mayor conciencia de la existencia de estas estrategias es clave para recuperar la agenda de la nutrición y mejorar la salud de la población.

Parcialidad

Una actividad científica corporativa habitual es financiar estudios de nutrición diseñados para generar evidencia científica favorable para los productos de una empresa. Estos estudios tienen un conflicto de interés financiero inherente. Las evaluaciones sistemáticas de los estudios de nutrición financiados por la industria han encontrado, lo cual no es sorprendente, un sesgo de financiación, por lo que es más probable que los hallazgos de los estudios favorezcan los intereses de sus financiadores.

Sin embargo, las corporaciones alimentarias también pueden influir en la investigación nutricional a través de los tipos de estudios nutricionales que eligen no financiar, lo que produce lo que podríamos llamar un sesgo de "no financiación". Los fabricantes de alimentos ultraprocesados ​​han tenido poco interés en financiar investigaciones que midan los efectos perjudiciales de sus productos. Esto puede explicar en parte la escasez de este tipo de investigación durante los últimos 50 años.

Al mismo tiempo, estos fabricantes se han beneficiado - promoviéndolo y amplificándolo - del nutricionismo, una metodología científica reductiva que favorece el análisis fragmentado y aislado de alimentos y nutrientes individuales fuera del contexto de los alimentos y patrones dietéticos en los que se consumen. Este enfoque ha desviado la atención del estudio de los ingredientes, aditivos y técnicas de procesamiento utilizadas en la fabricación de alimentos ultraprocesados y del estudio de dichos productos en su conjunto, incluidos los patrones dietéticos. También ha ensombrecido los determinantes sociales, comerciales y ecológicos más amplios de la salud alimentaria. Este modelo tiene un sesgo metodológico y una "agenda" dirigida  hacia los intereses de las empresas alimentarias.

Definición de la reducción de daño

Dentro de este modelo centrado en los nutrientes, cualquier daño a la salud asociado con los alimentos ultraprocesados se atribuye principalmente a su concentración alta de nutrientes concretos (sodio, azúcares, grasas saturadas y trans, etc.) o densidad energética. Al enmarcar los daños de los alimentos ultraprocesados de esta manera, la solución se enmarca de manera similar: la reformulación nutricional de estos productos para reducir los niveles de algunos de estos nutrientes. Si bien las reducciones en azúcares y sodio son bienvenidas, este enfoque de nutrientes desvía la atención de los efectos de los ingredientes y aditivos altamente procesados, deconstituidos y químicamente transformados con los que estos productos se suelen fabricar.

De hecho, el azúcar, la sal y las grasas (así como los aditivos) se agregan a estos productos para enmascarar y dar sabor y textura a los alimentos degradados tecnológicamente, para simular el sabor de los alimentos y platos mínimamente procesados. Esta es también la razón por la que estas empresas tienen dificultades para eliminar el azúcar y la sal de sus productos,  y por lo que estos ingredientes necesitan reemplazarse por otros edulcorantes sintéticos y agentes aromatizantes y texturizantes.

A pesar de que Coca Cola ha intentado durante muchos años generar dudas sobre los daños del azúcar, la compañía, junto con otras corporaciones, ha llegado a aceptar la necesidad de la reducción de este nutriente como un medio para proporcionar legitimidad política y científica a sus productos. Esto se debe en parte a que las empresas temen la perspectiva de regulaciones gubernamentales que requieran la reducción del consumo de sus productos o una mejora sustancial de su calidad.

En cambio, corporaciones como Unilever, Nestlé y Mars han desarrollado sus propios sistemas de perfiles de nutrientes que establecen estándares técnicos amigables con la industria para la reformulación nutricional voluntaria y claramente pretenden desplazar a los estándares nutricionales obligatorios y desarrollados independientemente. Nestlé también ha intentado dar credibilidad científica a su sistema interno de perfiles de nutrientes, un ejemplo de estrategia científica, mediante la publicación de estudios en revistas académicas para demostrar la legitimidad científica de su sistema.

Beneficios para la salud imaginados

El nutricionismo ha proporcionado un marco a través del cual las corporaciones alimentarias pueden comercializar los beneficios nutricionales para la salud de sus productos. Si bien los científicos sobre nutrición y los nutricionistas de salud pública han cambiado su enfoque basado en nutrientes a otro basado en alimentos, patrones dietéticos, entornos alimentarios y contextos ecológicos, las corporaciones alimentarias trabajan por convertirse en los principales promotores y defensores de un modelo basado en los nutrientes. Lo hacen en parte gracias a la influencia de sus investigaciones científicas y a las actividades de marketing que se centran en nutrientes o ingredientes individuales,  que dirigen y mantienen la atención del público en dichos nutrientes y componentes alimentarios.

A diferencia de las corporaciones farmacéuticas, los fabricantes de alimentos no necesitan hacer declaraciones explícitas de salud o prevención de enfermedades en las etiquetas de sus alimentos para comunicar los beneficios para la salud a los consumidores. Las empresas de alimentos pueden confiar en declaraciones básicas de nutrientes e ingredientes en sus productos, como alto en proteínas, fibra, grasas omega 3 o antioxidantes, que funcionan como declaraciones de propiedades saludables implícitas. Estas afirmaciones están destinadas a producir lo que podríamos llamar "beneficios para la salud imaginados", mediante los cuales los consumidores asocian componentes alimentarios concretos a beneficios para la salud. Uno de los objetivos del marketing nutricional es estar presente en la imaginación de los consumidores creando halos nutricionales en torno a productos comerciales.

Es importante destacar que las regulaciones sobre el etiquetado de alimentos en la mayoría de los países facilitan y son cómplices de estas declaraciones de propiedades saludables implícitas, al permitir el uso de declaraciones de contenido de nutrientes en la mayoría de los alimentos ultraprocesados, independientemente de la calidad nutricional general de los productos.

Las corporaciones de alimentos también intentan mercantilizar y apoderarse de los últimos avances nutricionales en torno a los cuales hay mucha promesa y exageración, como el microbioma, las alternativas a la carne a base de plantas, los alimentos funcionales y medicinales y la nutrición personalizada. Se aprovechan de las promesas de las innovaciones científicas emergentes y las tendencias en nutrición. Nestlé, por ejemplo, ha publicado una investigación científica que afirma que algunas bacterias probióticas tratadas térmicamente (es decir, muertas) pueden proporcionar mayores beneficios para la salud intestinal que las bacterias vivas, allanando así el camino para cuando solicite una declaración de propiedades saludables en sus productos probióticos envasados ​​de larga duración.

Enmarcando las necesidades nutricionales 

Las corporaciones de alimentos dan forma a la evidencia científica, a la comprensión de las necesidades nutricionales y a las enfermedades relacionadas con la dieta para posicionar sus productos como soluciones a estos problemas de salud. Esto incluye el adaptar la comprensión de los expertos sobre la prevalencia, la gravedad y las causas de las condiciones relacionadas con la dieta, como la obesidad y las deficiencias de micronutrientes, así como las necesidades nutricionales de los bebés. Esta estrategia es similar a la de "propagación de enfermedades" de la que a veces se acusa a las corporaciones farmacéuticas.

La alimentación de lactantes y niños es un área en la que las empresas de leche de fórmula han invertido mucho en investigación científica, educación y divulgación. Por ejemplo, Nestlé financia investigaciones, seminarios y publicaciones sobre los "primeros 1000 días" de la vida de un bebé. Éstas enfatizan la importancia del periodo de tres años, desde la concepción hasta los 2 años de edad. Y pueden generar ansiedades y apelaciones a la intervención en ese sentido. Al mismo tiempo, Nestlé realiza y financia investigaciones sobre la composición de la leche materna para informar del desarrollo y la comercialización de su fórmula infantil y productos de continuación para niños pequeños. Su comercialización implica —y permite que los padres imaginen— que estos productos son equivalentes o mejores que la leche materna o los alimentos preparados en casa y las madres se preocupan por la calidad de su leche materna.

Las corporaciones alimentarias explotan el marco científico convencional de las deficiencias de micronutrientes como situaciones que pueden resolverse mediante la adición de micronutrientes individuales aislados. Los fabricantes han estado comercializando agresivamente alimentos ultraprocesados, baratos, fortificados con micronutrientes en países de ingresos bajos y medios como solución a esta forma de desnutrición. Esta es una estrategia para expandir las ventas en las comunidades pobres de estos países. Al mismo tiempo, estas corporaciones patrocinan reuniones científicas sobre deficiencias específicas de micronutrientes dirigidas a expertos, y organizan campañas de educación nutricional en comunidades vulnerables para enseñar a las personas sobre los riesgos y las soluciones a sus deficiencias de micronutrientes.

Recuperando la ciencia de la nutrición

La apropiación de la nutrición por parte de las corporaciones, aunque está lejos de ser integral o completa, es el resultado de la integración de varias actividades científicas corporativas y estrategias nutricionales, respaldadas y amplificadas por actividades políticas y de marketing. Para contrarrestar esta influencia es necesario mitigar y socavar todas estas formas de poder empresarial.

Se han propuesto o implementado diversas estrategias, que suelen exigir una mayor transparencia e independencia de científicos, financiación de la investigación, publicaciones académicas y comités de expertos. Incluyen la divulgación adecuada de conflictos de interés en publicaciones de revistas y en los comités de toma de decisiones; el rechazo de la financiación y patrocinio de la industria por parte de científicos universitarios y asociaciones profesionales; y la exclusión de los estudios financiados por la industria en las revisiones de las guías alimentarias.

Dado el importante papel del etiquetado y el marketing en las estrategias científicas corporativas, las recientes iniciativas gubernamentales sobre etiquetado y marketing de alimentos en países como Chile y México podrían ir más allá, rechazando todo tipo de declaraciones de propiedades saludables, de nutrientes y de ingredientes y restringiendo el marketing y la disponibilidad. de todos los productos ultraprocesados.

Las políticas y regulaciones actuales todavía se centran principalmente en nutrientes o ingredientes únicos y aislados y en productos y prácticas individuales de las empresas alimentarias. Pero dado que estas corporaciones son los principales fabricantes de alimentos ultraprocesados, debemos cambiar el enfoque regulatorio a toda la categoría de alimentos ultraprocesados ​​y regular los conjuntos de productos de estas corporaciones.

También es importante seguir desarrollando marcos dietéticos más amplios e integrales en la investigación y la regulación de los alimentos ultraprocesados ​​y las empresas alimentarias. El desafío no es solo comprender el papel de las diversas dimensiones dietéticas que median la salud (es decir, nutrientes, alimentos y patrones dietéticos) sino también explicar el papel de los determinantes sociales, comerciales y ecológicos de la salud. Tales marcos contribuirán al proyecto de reinventar los sistemas alimentarios que tienen como objetivo proporcionar alimentos nutritivos, cómodos y mínimamente procesados, y en los que los productos y prácticas nocivos de las corporaciones ultraprocesadas ya no son tolerados."

Para finalizar, conviene resaltar que el autor tiene un amplio bagaje y experiencia en estos temas. Ha investigado sobre la filosofía y la sociología de la ciencia y la tecnología, la teoría social, los estudios agroalimentarios y la nutrición en salud pública. Ha publicado sobre la ciencia de la nutrición, los efectos en la salud de los alimentos ultraprocesados, el sesgo en la investigación de la nutrición, el poder corporativo, las estrategias de marketing de las corporaciones de fabricación de alimentos, el etiquetado de alimentos, el bienestar animal y las tecnologías agrícolas. 

1 comentario:

  1. Excelente nota !
    Es muy dificil diferenciar ciencia de estrategias de ventas.
    Incluso como bien dices, mucho debatimos de macros, pero el producto en cuestión comienza a ejercer su efecto negativo desde la publicidad o la imagen en la góndola del supermercado

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