Estos días la epidemiología nos ha traído noticias dispares sobre las dietas bajas en carbohidratos, una de cal y otra de arena, como se suele decir..
Empezando por la de arena, se ha publicado en PLOS el último meta-análisis sobre este tipo de dietas, "Low-Carbohydrate Diets and All-Cause Mortality: A Systematic Review and Meta-Analysis of Observational Studies". Sus autores han analizando la mortalidad global, la mortalidad por enfermedad cardiovascular y la incidencia de enfermedades cardiovasculares en 17 estudios observacionales. Y han concluido que hay un aumento del riesgo (30%) en el caso de mortalidad por cualquier causa. En las otras dos variables no se ha encontrado relación estadísticamente significativa.
Aunque los propios investigadores, una vez más, insisten en que su estudio no tiene en cuenta la "calidad" de los carbohidratos, es decir, que meten en el mismo saco la bollería y la fruta, el riesgo identificado esta ahí. No es muy elevado, pero parece que el solo hecho de reducir los carbohidratos, en global, no es algo especialmente saludable, más bien a contrario. Aunque el aumento de riesgo no es muy alto y esa falta de información sobre el tipo de carbohidratos permite sacar pocas conclusiones prácticas, está bastante claro.
Y por otro lado, la de cal: expertos británicos acaban de publicar en American Journal of Clinical Nutrition el meta-análisis "Systematic review and meta-analysis of different dietary approaches to the management of type 2 diabetes", revisando de nuevo las diferentes dietas que pueden utilizarse para mejorar la salud de los diabéticos, con el análisis de 20 estudios de intervención realizados durante los últimos años. Y han llegado a la conclusión de que las más eficaces mejorando algunos indicadores fundamentales utilizados en esta enfermedad son: En primer lugar la mediterránea, seguida de cerca por la baja en carbohidratos, la de bajo índice glucémico y la alta en proteínas.
La diabetes tipo 2 o adquirida suele considerarse "la enfermedad" de la sociedad occidental. Su prevalencia ha aumentado de forma brutal durante las últimas décadas y es una de las que más gasto sanitario genera. La obesidad en uno de los factores de riesgo íntimamente relacionados con la diabetes, por ello una de las estrategias fundamentales para su tratamiento están dirigidas a la pérdida de pso. Y la dieta suele ser una de las intervenciones prioritarias entre este tipo de enfermos, normalmente mediante modelos bajos en calorías, similares a las tradicionales dietas bajas en grasas. Sin embargo, como vimos en este post anterior, con este enfoque no siempre los resultados son todo lo buenos que se esperaban en un principio. A pesar de que estas recomendaciones dietéticas se llevan utilizando décadas, ya en 2007 la iniciativa Cochrane realizó la revisión sistemática "Dietary advice for treatment of type 2 diabetes mellitus in adults" y llegó a la conclusión de que no había datos fiables que ratificaran su eficacia.
Por lo tanto, según los autores, estas cuatro dietas son estrategias alimentarias que deberían tenerse en cuenta por los profesionales sanitarios al tratar la diabetes tipo 2.
No sé si es el caso...
Con los carbohidratos pasa más o menos lo mismo que con las grasas, se suelen poner todas en el mismo saco y luego los estudios salen como salen...
ResponderEliminarEl quid de la cuestión es ése. ¿Bajo en carbohidratos o bajo en carbohidratos provenientes de fuentes que no sean frutas/vegetales? La diferencia es abismal.
ResponderEliminarYo no veo mucho sentido en retirar o minimizar el consumo de frutas y verduras; sí el de otro tipo de carbohidratos, especialmente refinados.
Saludos.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22333874
ResponderEliminarFranci, ese estudio está también incluido en el meta-análisis
ResponderEliminarNo me lo he mirado en detalle, pero aparte de no diferenciar entre tipos de carbohidrato, es posible que se meta en el mismo saco una dieta muy alta en proteína y baja en grasa como Dukan (para mi nociva) que una dieta moderada en proteína y moderada/alta en grasa como Paleo (beneficiosa).
ResponderEliminarExacto. Además de que yo tampoco tengo claro qué es una dieta baja en carbohidratos. Porque yo, que sigo dieta paleo, considero que tomo bastantes carbohidratos ya que al menos el 50% en peso de lo que como al día es fruta y verdura, pero comparado con lo que comía antes, en que en vez de fruta y verdura había más arroz, pan o pasta, la cantidad es menor. ¿Como ahora una dieta baja en carbohidratos o era la dieta de antes la que era demasiado alta? Cuando se habla en términos tan relativos es muy difícil ponerse de acuerdo.
EliminarPor si te quieres entreneter... http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/tendencias/2009/03/12/183976.php
ResponderEliminarLo mejor, este tajante silogismo: "Según datos de 2008 del Instituto de Epidemiología y Salud de la Universidad de Berlín, el IG de la dieta en España presenta los valores más bajos de Europa. En paralelo, nuestro país también ostenta los índices más altos de obesidad y sobrepeso del continente junto con Polonia, Italia, Portugal y Rumanía. Por tanto, el bajo IG y el bajo peso no está relacionados de manera directa."
Ole.
No encuentro ese párrafo...
ResponderEliminar¡Perdón! Estaba leyendo dos artículos de la misma web y pegué el enlace que no era. Es este: http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/alimentos_a_debate/2013/02/08/215671.php
ResponderEliminarBuf, por lo que dice y cómo lo dice, me parece que es de los irreductibles...
ResponderEliminarYo tengo un familiar médico que poco le falta para taparse las orejas mientras grita: "¡Habla, cucurucho, que no te escucho!". Ni Department of Nutrition at the Harvard School of Public Health, ni revisiones Cochrane, ni The New England Medical Journal of Medicine... Da igual.
ResponderEliminarEso sí, el Pronokal le parece maravilloso. Una dieta que, por mucho que despisten los sobrecitos, es simplemente alta en proteínas y con hidratos de bajo índice glucémico, como la misma empresa lo muestra en la información de su web.