La relación entre los huevos y la salud nos tiene en un sinvivir. Aunque parece que las restricciones a su consumo se han ido relajando bastante durante los últimos años, de vez en cuando nos llegan noticias que nos sobresaltan y nos hacen dudar.
Por ejemplo, hace unos meses los titulares de numerosos medios (1, 2) nos alertaban de las conclusiones de un estudio observacional: "Associations of Dietary Cholesterol or Egg Consumption With Incident Cardiovascular Disease and Mortality" (2019), un trabajo publicado en la prestigiosa JAMA en el que se detectó un aumento del riesgo de mortalidad y enfermedad cardiovascular entre quienes más huevos comían. Como contrapartida, tan solo unos días después, otro estudio llegaba a conclusiones bien diferentes, el metaanálisis de ensayos "Impact of Whole Egg Intake on Blood Pressure, Lipids and Lipoproteins in Middle-Aged and Older Population: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials" (2019). Sus autores concluyeron que "el huevo entero no afecta los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular". Aunque teóricamente un metaanálisis de ensayos de intervención es un tipo de investigación con mayor valor probatorio que un estudio observacional, en este caso ningún medio decidió mencionarlo. Lo cierto es que a la hora de valorar el impacto mediático de cada investigación conviene recordar que suele depender más de la capacidad de influencia de las agencias de comunicación contratadas por las revistas científicas o las universidades que lo publican o financian, que de la relevancia de la propia investigación. Pero de cualquier forma, tanta diversidad de resultados y tanto titular sensacionalista genera confusión.
Entonces, ¿los huevos son malos o no? ¿Ha habido cambios significativos en la evidencia desde lo que conté en los últimos artículos sobre el tema?
Para intentar dejar las cosas un poco más claras, hace unos días vio la luz la revisión "Egg consumption and human health: an umbrella review of observational studies" (2019). O mejor dicho, la revisión de revisiones, porque el documento realiza un repaso de toda la evidencia observacional existente, teniendo en cuenta todos los metaanálisis publicados sobre el tema.
Para ello, los autores evaluaron la evidencia existente entre la relación entre diversas enfermedades y la ingesta de huevos, considerando los siguientes niveles de evidencia para los metaanálisis identificados:
- Convincente: Metanálisis de estudios de cohorte prospectivos con evidencia de respuesta a la dosis, sin heterogeneidad, sin factores de confusión potenciales y eventual desacuerdo de resultados a lo largo del tiempo razonablemente explicado (en caso contrario, clasificados como "evidencia posible").
- Probable: Metanálisis de estudios de cohorte prospectivos sin heterogeneidad, sin factores de confusión potenciales y eventual desacuerdo de resultados a lo largo del tiempo razonablemente explicado (en caso contrario, clasificados como "evidencia posible").
- Posible: Metanálisis de estudios de cohorte prospectivos sin heterogeneidad y sin información sobre posibles factores de confusión.
- Limitada: Metanálisis de estudios de cohorte prospectivos con presencia de heterogeneidad significativa (I2> 50%) o identificación de posibles factores de confusión (es decir, diferentes hallazgos en subgrupos).
- Insuficiente: Metanálisis de estudios de casos y controles, poca cantidad de estudios de cohorte prospectivos incluidos en metanálisis (n <3) o resultados discrepantes en otros metaanálisis con el mismo nivel de evidencia.
- Sin evidencia: Resultados no significativos de metanálisis de estudios prospectivos o de casos y controles
Tras recopilar toda la información, estos fueron los metaanálisis y sus resultados cuantitativos representados gráficamente:
Y tras llevar a cabo las evaluaciones correspondientes de acuerdo a los criterios definidos, éstos fueron los resultados de la evidencia de la relación para los diferentes tipos de enfermedades analizadas:
- Enfermedades con evidencia de relación convincente con la ingesta de huevos: Ninguna.
- Enfermedades con evidencia de relación probable con la ingesta de huevos: Ninguna.
- Enfermedades con evidencia de relación posible con la ingesta de huevos: Accidente cerebrovascular hemorrágico (menor riesgo).
- Enfermedades con evidencia de relación limitada con la ingesta de huevos: Ninguna.
- Enfermedades con evidencia de relación insuficiente con la ingesta de huevos: Adenomas (colorrectal), cáncer (colon, colorrectal, esófago, mieloma, linfoma no Hodgkin, recto, estómago) (mayor riesgo).
- Enfermedades sin evidencia de relación con la ingesta de huevos: Cáncer (vejiga, mama, endometrio, gastrointestinal, ovárico, pancreático, próstata, próstata fatal), enfermedad coronaria (cualquiera), enfermedad cardiovascular (cualquiera), mortalidad (por enfermedad coronaria o enfermedad cardiovacular), accidente cerebrovascular (total, isquémico, mortalidad) , diabetes tipo 2.
"En conclusión, no hay pruebas sólidas de efectos perjudiciales del consumo de huevos en la salud humana. Las preocupaciones relacionadas con su contenido de colesterol no reflejan su contribución real a una dieta saludable. Sin embargo, se necesitan más estudios en personas diabéticas para aclarar mejor el posible impacto del consumo de huevos en este colectivo".
Pues dicho queda. De momento parece que sigue sin haber razones para preocuparse,al menos hasta que se publique otro titular sensacionalista...
De cualquier forma, recuerden que en ese caso pueden seguir estas instrucciones para valorar el estudio al que se haga referencia ;-)
Como se dice en Chile: está lleno de h u e v o n e s".
ResponderEliminarGracias por no ser uno y aportar esta claridad.
Saludos
Muy clarificador .escueto y comprensible. Gracias
ResponderEliminarTus comentarios son importantes en la medida que aclaras sobre la complejidad de los resultados de los estudios. últimamente me he hecho a la idea de que los estudios se están quedando cortos en esos resultados debido a que los humanos somos muy complejos; nuestro contexto es, además de muy variable (las culturas, comidas, hábitos, etc.), sino que cada individuo tiene sus particularidades y, además, cambia con el paso del tiempo.
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