Sabemos que la industria alimentaria influye poderosamente en muchos estudios científicos, con iniciativas tan premeditadas y estudiadas como lamentables y que se han ido destapando especialmente durante los últimos años, así que es complicado fiarse de resultados que pueden ser favorables para ciertos productos. Les pasa como al pastorcillo que gritaba "¡que viene el lobo!", que nos han mentido tantas veces que ya no nos fiamos de ellos.
Sin embargo, hay investigaciones que creo que merece la pena comentar, Evidentemente no son perfectas y pueden seguir estando influidas por los largos tentçaculos de sus financiadores, pero viendo su diseño y el rigor e historial de algunos de sus autores, invitan a dejar cierto margen de confianza. Siempre desde una perspectiva escéptica, claro.
Hago esta breve introducción para hablarles de varios recientes estudios sobre refrescos con edulcorantes, un tema complicado por diversos factores. En primer lugar, porque hablamos de un producto asociado a empresas como Coca-Cola, uno de los mayores influencers implicado en las malas prácticas comentadas. En segundo lugar, porque los edulcorantes son aditivos bastante superfluos que no aportan valor nutricional, ya que su única función es dar sabor. Y en tercer y último lugar, porque los estudios sobre su utilidad a medio-largo plazo suelen acabar con resultados bastante divergentes y poco concluyentes, como expliqué en este post anterior.
Pero lo cierto es que se siguen consumiendo masivamente, así que creo que merece la pena seguir profundizando en este tipo de investigaciones. Y por eso suelo publicar posts recopilando algunos de los que considero más interesantes.
El primero que les traigo se titula "The effects of water and non-nutritive sweetened beverages on weight loss and weight maintenance: A randomized clinical trial" (2015), un trabajo que analizó el adelgazamiento de dos grupos de personas con sobrepeso y bebedoras habituales de refrescos con edulcorantes, sometidos a la misma dieta hipocalórica, pero sustituyendo en uno de ellos este tipo de bebidas por agua. Esta investigación dio lugar a una primera publicación de resultados allá por 2014 (accesible en este enlace y con bastante revuelo en los medios), tras 12 semanas de intervención. Y hace tan solo unas semanas se han presentado los resultados finales, tras un año completo de intervención.
El revuelo tras los primeros resultados estuvo bastante justificado, ya que tras las primeras 12 semanas las personas que tomaron refrescos light adelgazaron más que las que tomaron agua. Así que los titulares en los medios no se hicieron esperar, claro. La cosa tenía bastante morbo (e interés para la industria): "bebidas light adelgazan más que agua". Juan Revenga publicó un buen post resumiendo el ensayo y sus opiniones sobre el mismo, que en general comparto. Destacar que el mayor punto negro del ensayo era su financiación, que provenía de los propios fabricantes de refrescos. El caso es que este estudio despertó mi curiosidad, así que decidí estar atento a ver cómo finalizaba tras el periodo total que establa planificado, que eran 12 meses. Y el pasado mes de diciembre la revista Obesity publicó el documento definitivo, accesible en su totalidad en este enlace.
Estas fueron las conclusiones de los autores:
"Los tratamientos con bebidas con edulcorantes y con agua no han sido equivalentes, mostrando mayor pérdida de peso al final de 1 año con el tratamiento de bebidas con edulcorantes . En 1 año los sujetos que tomaron agua lograron una pérdida de peso 2,45 ± 5,59 kg, mientras que aquellos que recibieron bebidas con edulcorantes de 6.21 ± 7.65 kg. (...)
Los refrescos fueron superiores para la pérdida de peso y mantenimiento en una población que consiste en usuarios habituales de este tipo de bebidas (...). Estos resultados sugieren que las bebidas con edulcorantes pueden ser una herramienta eficaz para la pérdida de peso y el mantenimiento en el contexto de un programa de control de peso."
Y esta es la tabla resumen de los resultados:
Como pueden comprobar, la ventaja de los refrescos light sobre el agua se mantuvo hasta el final.
Los autores sugieren en los textos que quizás estos resultados se debieron a que todas estas personas ya solían tomar previamente este tipo de bebidas, por lo que al eliminarlas de su dieta tal vez buscaron compensación con otros alimentos que les aportaron más calorías. Fueran las razones que fueran, y sin olvidar sus puntos débiles, a mí me sigue pareciendo un estudio interesante y abre la posibilidad a que este tipo de bebidas puedan tener cierta utilidad temporal en procesos de cambio de hábitos y adelgazamiento, al menos entre algunas personas o durante periodos concretos (por ejemplo, durante los primeros meses), entre quienes que estén muy "enganchados" y echen mucho de menos el sabor dulce. Pero por el momento es solo una hipótesis, claro.
Que no parece confirmarse el siguiente estudio.
Se trata de "Effects on weight loss in adults of replacing diet beverages with water during a hypoenergetic diet: a randomized, 24-wk clinical - trial" (2015) y podría considerarse muy similar al anterior, ya que de nuevo se trabajó con dos grupos de personas obesas y bebedoras habituales de refrescos light, sustituyendo en uno de ellos este tipo de bebidas por agua. En este caso la intervención duró 24 semanas y no existía la sombra de la influencia de la financiación privada. Y su repercusión mediática ha sido prácticamente nula, así que parece que a nadie le ha interesado "impulsar" la noticia.
Los autores concluyeron precisamente lo contrario; mejores resultados entre las personas que bebieron agua:
"La sustitución de las bebidas light por agua después de la comida principal puede conducir a una mayor reducción de peso durante un programa de pérdida de peso. También puede ofrecer beneficios clínicos para mejorar la resistencia a la insulina."
Este es el gráfico de pérdida de peso que se obtuvo:
Las diferencias fueron pequeñas, pero en cualquier caso favorables al grupo del agua. Es decir, con dos estudios muy parecidos en diseño y metodología, se han obtenido conclusiones opuestas.
El tercer estudio sobre refrescos con edulcorantes que quería mencionar es "Sugar- and artificially sweetened beverages and intrahepatic fat: A randomized controlled trial"(2015). En este caso tampoco parece haber financiación directa de la industria y el firmante principal, Luc Tappy, ha publicado gran cantidad de papers sobre el azúcar y la fructosa, con un reconocido prestigio sobre el tema. La investigación también se ha centrado en personas con un elevado consumo de bebidas refrescantes y se diseñó para comprobar cuál era el efecto de sustituir refrescos azucarados por refrescos con edulcorante en la grasa intrahepática, un indicador metabólico bastante relevante.
Los autores concluyeron lo siguiente:
"Entre personas con sobrepeso u obesidad y elevada ingesta de bebidas azucaradas, sustituyéndolas por edulcorantes durante un periodo de 12 semanas se redujo la grasa intrahepática"
Esta mejora, aunque no se había contrastado anteriormente con un ensayo, era algo esperable, ya que es conocida la relación entre el consumo de azúcar y la acumulación de grasa en el hígado. Es una pena que no se comparara con un tercer grupo en el que se hubieran sustituido los refrescos azucarados por agua.
Pues estas son las novedades más destacadas con las que yo me he topado, si conocen alguna otra, no duden en citarla en los comentarios.
Y si les apetece profundizar sobre el tema, les animo a leer los artículos anteriores sobre los edulcorantes, sobre todo el monográfico que hice al respecto.
Hola. Decir que uno adelgaza más que otro cuando los valores son 2,45 ± 5,59 y 6.21 ± 7.65 es como no decir nada porque esas incertidumbres (mayores que los propios valores) se solapan, es decir, no son estadísticamente diferentes por mucho que sus valores absolutos sean aparentemente tan distintos. Además, como incluyen al 0 dentro de la incertidumbre no se puede descartar estadísticamente que el descenso de kilos sea 0 para los dos casos. Imagino que en el segundo artículo pasará lo mismo aunque sea a la inversa.
ResponderEliminarGorka
A mi me ha recetado el neurólogo que beba una tónica todos los días para aliviar mis calambres musculares, imagino que será mejor que la tome light, ¿no? Es eso o tomar gabapentina, cosa que no pienso hacer :P
ResponderEliminarSe supone que el azúcar no tiene nada que ver, lo que "funciona" es la quinina. Y escribo "funciona" entre comillas porque las pruebas son bastante flojitas:
Eliminarhttp://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/14651858.CD005044.pub3/abstract
Si, si, es la quinina al parecer, pero no sé si se puede tomar de otra forma que no sea la tónica. Gracias por el enlace, lo miraré.
EliminarA mi el agua me sienta como el culo... Muchas veces me hace gracia la gente cuando habla de cosas naturales... Pues a mi un sunny me sienta mejor que un zumo de naranja que me da ardores y un refresco me sienta mejor que un baso de agua que me da ardores o me da dolor de cabeza y me sale agua por los ojos, literalmente... con un dolor de cabeza horrible...
ResponderEliminarPor cierto yo tomo ahora cola zero zero o acuarius zero zero porque tanto el azucar como la cafeina hacen que no pueda dormir... tanto que dicen de la sal, pues la sal no me pone nervioso pero es tomarme una cocacola y ya no duermo... supongo que soy un exagerado, quiza es porque voy siempre a tope casi a 100 pulsaciones todo el rato
ResponderEliminarCon respecto a la recomendación de sustituir el agua temporalmente por bebidas edulcoradas, la experiencia es que las personas se confían y toman más, con la excusa de que no engordan. Por otra parte, las bebidas, cuando son carbonatadas, pueden audar a la aparición de osteoporosis.
ResponderEliminarHe visto que cuando administras un plan dietético con todos los grupos de alimentos, que incluyan vegetales y frutas frescas, el ansia pòr comidas dulces desaparece.
Muy bueno tu post. Saludos.
que opinas de lo que se dice aca?
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/cienciadeportivajorgeroig/posts/1642457969338945:0
https://www.facebook.com/cienciadeportivajorgeroig/posts/1643026045948804:0
Se hablan del "poder insulinotrópico que el sabor dulce, per se, tiene directamente sobre la glándula pancreática y, por ello, con todo su potencial adipogénico y antilipolítico."
y que "estos endulzantes artificiales son capaces de “engañar” al cerebro respecto de la real densidad calórica de lo que la lengua está percibiendo como algo muy dulce y ello incluso llegar a desencadenar mayor consumo de alimentos, aumento en la liberación de insulina y, finalmente, incremento del peso corporal "
Hablo de ello aquí: http://loquedicelacienciaparadelgazar.blogspot.com/2013/03/especial-edulcorantes-y-iii-ayudan.html
EliminarEsas hipótesis están todavía sin demostrar
http://anonhq.com/university-of-iowa-scientists-link-diet-drinks-to-heart-attack-stroke/
ResponderEliminarYa sé que este link no da los datos de la publicación científica (creo que fue en un congreso) donde se afirman cosas tremendas sobre las "diet sodas". Les atribuyen ataques al corazón y más. Tú le darías crédito, Centinel?
Sin ver el estudio, poco puedo decir, que además es observacional. Y el artículo está sesgado y es muy alarmista.
EliminarTienes razón, Centinel, tú siempre tan ponderado. Da gusto. Gracias y feliz fin de semana
Eliminar¡Gracias e igualmente!
EliminarQue podéis decir del efecto de tomar 1 copa de vino tinto cuando se está intentando perder grasa corporal? La llamada "paradoja francesa".
ResponderEliminarGracias!
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarLa gapapentina engorda
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