Todos los años nos pasa igual: los excesos de estas fechas agitan nuestra conciencia y nos preguntamos si los pagaremos durante el resto del año, acumulando kilos de forma especial. ¿Realmente su efecto es especialmente significativo?
Si hacemos una búsqueda rápida por las bases de datos habituales es fácil comprobar que hay bastantes investigaciones sobre el tema desde hace tiempo, centradas especialmente en el posible efecto de las vacaciones sobre el peso corporal. Aquí tienen algunas de las más recientes:
Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable
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30 dic 2016
23 dic 2016
Microbiota, microbioma y obesidad
Se acaba de publicar en la revista JAMA un interesante editorial sobre la microbiota, el microbioma y la obesidad, titulado "The Microbiome and Risk for Obesity and Diabetes" (2016) escrito por el investigador de Harvard Anthony L. Komaroff. Creo que a pesar de ser un texto breve y sencillo, es una buena introducción sobre el tema, así que me he decidido a traerles al blog una traducción.
Aquí la tienen:
13 dic 2016
Los alimentos funcionales o fortificados pueden ser contraproducentes
Los alimentos funcionales, aquellos a los que se les ha agregado algún compuesto que teóricamente aporta algún posible beneficio añadido para la salud, invaden los supermercados. Pero, como explico en "La Guerra Contra el Sobrepeso", la verdad es que sobre todo son un buen negocio, sostenido sobre un castillo de naipes de promesas sin demostrar. Como también cuento en el libro, la normativa actual sobre este tipo de productos es un coladero que permite a las empresas alimentarias poner en el mercado productos caros, muy rentables y acompañados de afirmaciones de efectos sobre la salud más que discutibles. Si prefieren leer la situación de forma resumida, pueden recurrir a un artículo del bioquímico José Manuel López Nicolás que la describe bastante bien, "El reglamento europeo que ha acabado con la investigación, el desarrollo y la innovación en la industria alimentaria".
Pero, por otro lado, además de beneficiarse de una normativa permisiva y de no haber demostrado con rigor beneficios reales para la salud, los alimentos funcionales son el origen de otro problema. En La Guerra Contra el Sobrepeso lo resumo con el siguiente párrafo:
"...No solo se trata de confundir al consumidor con maravillas que podrían deducirse de las declaraciones exageradamente utilizadas ni de los desproporcionados precios que se suelen pagar respecto al valor añadido aportado. Cuando las personas empiezan a tomar suplementos o componentes añadidos que supuestamente mejoran la salud, de forma inconsciente interiorizan que su ámbito de influencia es mucho mayor, casi parecido a un medicamento. Y que sus propiedades van más allá de las que se le podrían atribuir por el componente activo. Esta sobrevaloración finalmente desemboca en una falsa sensación de protección, también llamada “efecto halo”, que hace que se genere un exceso de confianza y se descuide el resto de hábitos, incluido el resto de la dieta."
Para que entiendan mejor la importancia de esta situación, he decidido escribir un post sobre el tema comentando un estudio publicado hace tan solo unos días, ya que creo que lo ilustra bastante bien. El trabajo se trata de "Vitamin-Fortified Snack Food May Lead Consumers to Make Poor Dietary Decisions" (2016) y ha sido dado a conocer en la revista de los dietistas norteamericanos, The Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics.
Pero, por otro lado, además de beneficiarse de una normativa permisiva y de no haber demostrado con rigor beneficios reales para la salud, los alimentos funcionales son el origen de otro problema. En La Guerra Contra el Sobrepeso lo resumo con el siguiente párrafo:
"...No solo se trata de confundir al consumidor con maravillas que podrían deducirse de las declaraciones exageradamente utilizadas ni de los desproporcionados precios que se suelen pagar respecto al valor añadido aportado. Cuando las personas empiezan a tomar suplementos o componentes añadidos que supuestamente mejoran la salud, de forma inconsciente interiorizan que su ámbito de influencia es mucho mayor, casi parecido a un medicamento. Y que sus propiedades van más allá de las que se le podrían atribuir por el componente activo. Esta sobrevaloración finalmente desemboca en una falsa sensación de protección, también llamada “efecto halo”, que hace que se genere un exceso de confianza y se descuide el resto de hábitos, incluido el resto de la dieta."
Para que entiendan mejor la importancia de esta situación, he decidido escribir un post sobre el tema comentando un estudio publicado hace tan solo unos días, ya que creo que lo ilustra bastante bien. El trabajo se trata de "Vitamin-Fortified Snack Food May Lead Consumers to Make Poor Dietary Decisions" (2016) y ha sido dado a conocer en la revista de los dietistas norteamericanos, The Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics.
5 dic 2016
¿Existe la sensibilidad al gluten? Recopilación de ensayos y resultados
Me lo han preguntado en bastantes ocasiones: ¿No tienes ningún post sobre el gluten? Y hasta ahora respondía que no. Excepto una crítica a un alarmista libro sobre el trigo. Es un tema que estaba pendiente, cierto, todo el mundo habla del gluten y un servidor está a otras cosas... imperdonable, ¿no creen?
Así que vamos a por el primero.
En primer lugar quiero dejar claro voy a hablar únicamente de la llamada "sensibilidad al gluten no celíaca", pero no de la celiaquía (que es la intolerancia a las proteínas del gluten, sobre la que pueden leer en esta entrada de la Wikipedia). Como la mayoría ya sabe, no son lo mismo, porque mientras que para la primera todavía no existe un método de diagnóstico formal ni mecanismos identificados y comprobados para explicar sus causas, la segunda está reconocida y caracterizada.
Por otro lado, como indico en el título del post, me voy a centrar en una perspectiva muy concreta: los ensayos más rigurosos (aleatorios, con grupo de control y doble ciego), sobre los supuestos síntomas negativos que puede provocar el gluten en personas no celíacas, ya que son una buena forma de saber hasta qué punto existe dicha sensibilidad al gluten.
Así que vamos a por el primero.
En primer lugar quiero dejar claro voy a hablar únicamente de la llamada "sensibilidad al gluten no celíaca", pero no de la celiaquía (que es la intolerancia a las proteínas del gluten, sobre la que pueden leer en esta entrada de la Wikipedia). Como la mayoría ya sabe, no son lo mismo, porque mientras que para la primera todavía no existe un método de diagnóstico formal ni mecanismos identificados y comprobados para explicar sus causas, la segunda está reconocida y caracterizada.
Por otro lado, como indico en el título del post, me voy a centrar en una perspectiva muy concreta: los ensayos más rigurosos (aleatorios, con grupo de control y doble ciego), sobre los supuestos síntomas negativos que puede provocar el gluten en personas no celíacas, ya que son una buena forma de saber hasta qué punto existe dicha sensibilidad al gluten.