Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable
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17 abr 2017
¿Los alimentos de bajo índice glucémico mejoran la resistencia al hacer ejercicio?
Las propuestas y recomendaciones para aumentar el rendimiento deportivo son casi infinitas y no hay temporada que no venga acompañada de nuevas teorías y sugerencias. Pero lo cierto es que en la mayoría de las ocasiones no hay pruebas rigurosas de su efectividad y realmente no son más que modas, intentos de algunos para ganar visibilidad o estrategias para vender algún producto. Y, de la misma forma que llegan, se van.
Sin embargo, los planteamientos de algunas de estas propuestas han perdurado en el tiempo y tienen cierta carga de lógica y sentido común, por lo que merece la pena investigarlas con más detalle. Por ejemplo, desde hace años se viene oyendo que el comer alimentos de bajo índice glucémico (LGI) antes de hacer ejercicio de larga duración permite conseguir mayor resistencia que al ingerir alimentos de elevado índice glucémico (HGI), lo cual convertiría esta práctica en algo especialmente interesante para practicantes de maratones, triatlones y similares. ¿Y hay pruebas que lo confirmen?
Aunque se han publicado algunos trabajos sobre el tema, tuvimos que esperar hasta 2016 para conocer la primera revisión sistemática. Vio la luz en la revista Sports Medicine con el título "Effect of Glycemic Index of a Pre-exercise Meal on Endurance Exercise Performance: A Systematic Review and Meta-analysis" (2016) y el grupo de expertos australiano que la realizó seleccionó 19 ensayos, de los cuales analizó detalladamente sus resultados.
10 abr 2017
Nuevo cuestionario para evaluar adicción a la comida
En un post de hace algo más de un año pudimos conocer el nuevo Yale Food Addiction Scale 2.0 (YFAS), el cuestionario más utilizado para la evaluación de la posible adicción a la comida. Este cuestionario es una iniciativa de un grupo de expertos de la universidad de Yale, que lleva bastantes años investigando en torno a la perspectiva de la adicción para entender mejor los trastornos alimentarios y la obesidad, buscando paralelismos con los síntomas que se suelen identificar en el abuso de sustancias como el tabaco o el alcohol. Pueden leer más sobre esta perspectiva en este post que publiqué en el blog de Next Door Publishers o en el libro "El Cerebro Obeso".
Pues bien, aquella versión estaba alineada con la última edición del manual de diagnóstico de trastornos mentales de referencia en psiquiatría, el DSM-V (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders). Y como pueden comprobar en dicho post, el YFAS 2.0 es bastante largo, se compone de 35 items y tiene un sistema de puntuación algo complejo.
Así que para facilitar las evaluaciones sobre este tema, sus autores acaban de publicar una versión alternativa y simplificada del mismo, que denominan "Modified Yale Food Addiction Scale" (mYFAS 2.0). Como ellos mismos indican en el paper en el que han dado a conocer la herramienta, "Development of the Modified Yale Food Addiction Scale Version 2.0" (2017), "(...) el mYFAS 2.0 puede ser una opción apropiada para los estudios que al evaluar la adicción a la comida priorizan la especificidad o cuando se necesita hacer una medición más breve".
En efecto, su uso es bastante más sencillo que el anterior y, según cuentan en el trabajo, se consiguen resultados razonablemente equivalentes. Veámoslo en la práctica.
5 abr 2017
Aceite de palma y salud, lo que dicen los últimos estudios
El aceite de palma se utiliza abundantemente en la industria, ya que es barato, tiene unas características muy útiles para los procesos de fabricación y sirve para aportar propiedades organolépticas interesantes. Sin embarg casi siempre ha tenido mala fama, sobre todo debido a su elevada cantidad de grasa saturada (especialmente ácido palmítico C16:0).
3 abr 2017
¿La dieta cetogénica cura el cáncer?
Como muchos de ustedes ya saben, las dietas cetogénicas son aquellas en las que se restringe severamente la cantidad de carbohidratos, lo que provoca que nuestro cuerpo cambie las rutas y procesos metabólicos relacionados con la glucosa por otros para la obtención de la energía. En este artículo anterior hice un pequeño resumen de las principales estrategias que se utilizan para asegurar que nunca nos falte "combustible", incluidas las que entran precisamente en funcionamiento bajo esas condiciones de falta de carbohidratos.
Las dietas cetogénicas son sobre todo conocidas por su eficacia para perder peso, especialmente a corto-medio plazo, pero lo que quizás no todo el mundo sabe es que también despiertan interés en otros ámbitos terapéuticos. El más investigado es el tratamiento de la epilepsia, ya que desde hace décadas se sabe que ayuda a reducir significativamente los ataques. No funciona en todos los casos, pero cada poco tiempo se publican estudios con resultados positivos. El año pasado la iniciativa Cochrane publicó una revisión sistemática sobre el tema: "Ketogenic and other dietary treatments for epilepsy" (2016), que llegó a las siguientes conclusiones:
"Los ensayos controlados aleatorios muestran resultados prometedores para el uso de la dieta cetogénica (DC) en la epilepsia. Sin embargo, el número limitado de estudios, el tamaño pequeño de las muestras y su estudio solo en población pediátrica hacen que la calidad de la evidencia sea pobre.
Se identificaron efectos adversos en todos los estudios y para todas las variaciones de DC, tales como trastornos gastrointestinales a corto plazo y complicaciones cardiovasculares a más largo plazo. Las tasa de abandono sigue siendo un problema en todas las DC y en todos los estudios, siendo las principales razones de abandono la falta de eficacia percibida y la intolerancia dietética.
No hay pruebas para apoyar el uso clínico de la DC en adultos con epilepsia, por lo tanto es necesaria investigación adicional.
Otras dietas más apetitosas, como la Dieta Atkins Modificada, pueden tener un efecto similar en el control de las crisis, pero esta hipótesis requiere de más investigación. Para las personas que tienen epilepsia médicamente intratable o casos en los que no es adecuada la intervención quirúrgica, una DC es una opción válida; Sin embargo, se requiere más investigación."
Como pueden apreciar, aunque los autores mantienen el habitual tono prudente y escéptico y recomiendan reforzar la evidencia, los resultados son bastante interesantes. Sin duda se irán aclarando durante los próximos años.
Pero, tal y como indico en el título, el objetivo de este post es analizar la evidencia existente respecto a otra posible utilidad terapéutica de este tipo de dietas, el tratamiento del cáncer. Así que vamos allá.
Las dietas cetogénicas son sobre todo conocidas por su eficacia para perder peso, especialmente a corto-medio plazo, pero lo que quizás no todo el mundo sabe es que también despiertan interés en otros ámbitos terapéuticos. El más investigado es el tratamiento de la epilepsia, ya que desde hace décadas se sabe que ayuda a reducir significativamente los ataques. No funciona en todos los casos, pero cada poco tiempo se publican estudios con resultados positivos. El año pasado la iniciativa Cochrane publicó una revisión sistemática sobre el tema: "Ketogenic and other dietary treatments for epilepsy" (2016), que llegó a las siguientes conclusiones:
"Los ensayos controlados aleatorios muestran resultados prometedores para el uso de la dieta cetogénica (DC) en la epilepsia. Sin embargo, el número limitado de estudios, el tamaño pequeño de las muestras y su estudio solo en población pediátrica hacen que la calidad de la evidencia sea pobre.
Se identificaron efectos adversos en todos los estudios y para todas las variaciones de DC, tales como trastornos gastrointestinales a corto plazo y complicaciones cardiovasculares a más largo plazo. Las tasa de abandono sigue siendo un problema en todas las DC y en todos los estudios, siendo las principales razones de abandono la falta de eficacia percibida y la intolerancia dietética.
No hay pruebas para apoyar el uso clínico de la DC en adultos con epilepsia, por lo tanto es necesaria investigación adicional.
Otras dietas más apetitosas, como la Dieta Atkins Modificada, pueden tener un efecto similar en el control de las crisis, pero esta hipótesis requiere de más investigación. Para las personas que tienen epilepsia médicamente intratable o casos en los que no es adecuada la intervención quirúrgica, una DC es una opción válida; Sin embargo, se requiere más investigación."
Como pueden apreciar, aunque los autores mantienen el habitual tono prudente y escéptico y recomiendan reforzar la evidencia, los resultados son bastante interesantes. Sin duda se irán aclarando durante los próximos años.
Pero, tal y como indico en el título, el objetivo de este post es analizar la evidencia existente respecto a otra posible utilidad terapéutica de este tipo de dietas, el tratamiento del cáncer. Así que vamos allá.