La Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA), a petición de la empresa de suplementos Alzchem, acaba de publicar su resolución respecto a una solicitud sobre la creatina, uno de los suplementos más utilizados entre los aficionados a la musculación y el deporte. Y como para evitar interpretaciones paralelas o sesgadas lo mejor es recurrir a la fuente, a continuación les incluyo el resumen de las conclusiones, traducido del documento original de la EFSA:
Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable
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24 feb 2016
22 feb 2016
Nueva versión del cuestionario sobre adicción a la comida - YFAS
Como ya saben, la Yale Food Adiction Scale (YFAS) es el cuestionario más utilizado para evaluar el concepto de "adicción a la comida". Ya he hablado del mismo en este blog y en El cerebro Obeso doy detalles sobre su origen y su utilización, habiéndose desarrollado en base a los síntomas que se suelen identificar en el abuso de sustancias consideradas adictivas, como el tabaco o el alcohol, tomados del manual de referencia para el diagnóstico de trastornos mentales DSM. Sin embargo, la versión más utilizada hasta ahora ha sido la que se hizo en base a los contenidos del DSM en su cuarta edición, y resulta que este manual ya se actualizó a su quinta versión en el año 2013, dando lugar al DSM-V.
Pues bien, los autores de YFAS han actualizado por fin su cuestionario, teniendo en cuenta los cambios realizados en todos los listados de síntomas relacionados y formalizándolo mediante la publicación del estudio "Development of the Yale Food Addiction Scale Version 2.0". Y aunque tiene mucho en común con su versión anterior, trae alguna diferencia significativa.
Pues bien, los autores de YFAS han actualizado por fin su cuestionario, teniendo en cuenta los cambios realizados en todos los listados de síntomas relacionados y formalizándolo mediante la publicación del estudio "Development of the Yale Food Addiction Scale Version 2.0". Y aunque tiene mucho en común con su versión anterior, trae alguna diferencia significativa.
16 feb 2016
Nuevo estudio confirma el elevado índice glucémico de la cerveza
La cerveza es uno de esas bebidas que con frecuencia acapara titulares en los que se mezclan (con bastante malicia y malas artes) beneficios para la salud, ciencia y marketing. Pueden comprobarlo leyendo este post o este otro . Conviene recordar que en España este tipo de prácticas suelen provenir del entorno de la industria alimentaria (en este caso de los fabricantes y comercializadores de cerveza) y de sus iniciativas para hacer marketing encubierto. En este contexto, las discutibles afirmaciones suelen girar en torno a los supuestos beneficios que podrían tener sus polifenoles o su supuesta capacidad de hidratación. Y como suele preguntar Aitor Sánchez, ¿ustedes se levantan muy hidratados tras una intensa noche de cañas?
Evidentemente, en todos estos titulares nunca se mencionan otras características o propiedades en las que la cerveza puede salir mucho peor parada. Una de ellas es el índice glucémico (IG), un indicador bastante popular y cada vez más utilizado sobre todo entre los alimentos ricos en carbohidratos, pero que normalmente nunca se asocia a productos como la cerveza. Este coeficiente sirve para conocer (aproximadamente) la respuesta glucémica (aumento de la concentración de glucosa en sangre) que provoca un alimento. Le suele acompañar otro similar, la carga glucémica (CG), que se calcula incorporando al IG la cantidad de carbohidratos (los más interesados en el tema pueden profundizar en las entradas de la Wikipedia, que son bastante dignas, aquí en español y aquí en inglés). Dicho de forma breve, podría decirse que a mayor IG y CG, mayor aumento de la glucosa en sangre.
Para situarnos, conviene saber que los valores de referencia utilizados para el cálculo del IG son los del pan blanco y la glucosa pura, dos alimentos que provocan una importante respuesta glucémica, que se cuantifican como 100. Si la respuesta de otro alimento es mayor o menor, su valor quedará por encima o por debajo de 100, respectivamente. La mayoría de los alimentos tiene un valor por debajo de esta cifra, como pueden comprobar en este listado de Harvard.
Lo cierto es que hasta hace poco los valores de estos indicadores para la cerveza eran casi un misterio. Pero, allá por el año 2012 publiqué un post citando el que probablemente fue el primer estudio "serio" sobre el tema, que obtuvo un inesperado (por elevado) valor: 119. Un valor que podía asustar a cualquiera, hasta el punto de hacer pensar que era casi imposible. Los autores en sus hipótesis propusieron una posible interacción entre el alcohol y los carbohidratos de la cerveza, pero desde entonces no se habían hecho más ensayos y el resultado no cuajó en las bases de datos, listas y webs sobre alimentos, que siguen mostrando valores muy inferiores (algunas incluso cero).
8 feb 2016
Los diferentes efectos de beber agua en el peso corporal
Como he explicado en anteriores posts (y en el libro "Lo que dice la ciencia para adelgazar"), hay una evidencia bastante significativa para pensar que la promoción de la ingesta de agua puede ayudar a controlar el peso corporal. Sin embargo, hay que reconocer que hay bastante heterogeneidad en los resultados de los estudios realizados, lo que, además de confirmar que la obesidad es un fenómeno complejo, empuja a pensar que probablemente sea necesario matizar esta recomendación y adaptarla a diversas situaciones.
La reciente revisión "Negative, Null and Beneficial Effects of Drinking Water on Energy Intake, Energy Expenditure, Fat Oxidation and Weight Change in Randomized Trials: A Qualitative Review" (2016) profundiza en este enfoque y ha intentado analizar el efecto de beber agua en la ingesta de energía, el gasto energético y la oxidación de grasas, en diversas situaciones, centrándose en los resultados conseguidos en ensayos de intervención. Además, propone diversas hipótesis para explicar las razones bioquímicas y metabólicas que podrían explicar los resultados obtenidos.
La reciente revisión "Negative, Null and Beneficial Effects of Drinking Water on Energy Intake, Energy Expenditure, Fat Oxidation and Weight Change in Randomized Trials: A Qualitative Review" (2016) profundiza en este enfoque y ha intentado analizar el efecto de beber agua en la ingesta de energía, el gasto energético y la oxidación de grasas, en diversas situaciones, centrándose en los resultados conseguidos en ensayos de intervención. Además, propone diversas hipótesis para explicar las razones bioquímicas y metabólicas que podrían explicar los resultados obtenidos.