Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable

25 sept 2013

Lo (último) que dice Harvard sobre los refrescos y la obesidad


Aunque desde la Harvard School of Public Health las recomendaciones sobre los refrescos azucarados siempre han sido claras y orientadas hacia su minimización, algunos de los primeros espadas de su área de nutrición (Malik, Pan, Willett y Hu) acaban de publicar en American Journal of Clinical Nutrition el estudio "Sugar-sweetened beverages and weight gain in children and adults:a systematic review and meta-analysis", un meta-análisis en el que han analizado los estudios observacionales y de intervención sobre la relación entre los refrescos y el sobrepeso, tanto en adultos como en niños.


Y, como era de esperar, los resultados confirman lo que ya venían diciendo durante los últimos años: Que tomar refrescos suele dar como resultado un mayor aumento de peso y que reduciendo su ingesta se suele lograr un menor peso corporal.

Por ejemplo, estos son los resultados visuales de los estudios de intervención que aumentaron el consumo, para el caso de los adultos:


Y esta es la representación de los resultados de los estudios de intervención que redujeron el consumo, para el caso de los niños:


Una revisión más, en este caso de gran prestigio y peso mediático, que aconseja hacer más hincapié en las políticas de reducción de las bebidas azucaradas para combatir la obesidad.

Y van...

Actualización
Como bien indica un lector, conviene puntualizar que el estudio se refiere a bebidas azucaradas: refrescos, bebidas deportivas, bebidas de frutas, etc, todas ellas con azúcar, no con edulcorantes.

5 comentarios:

  1. Creo que siempre busco el mismo matiz y creo, Centinel, que en este caso eres tú el que se expresa mal en el titular: el estudio dice claramente "Sugar-sweetened beverages" que tú traduces por "refrescos" y más bien sería "bebidas azucaradas". El matiz es importante, aunque solo puedo ver el abstract, creo que el estudio no dice nada de los refrescos sin azúcar y en cambio entrarían, supongo, los zumos de frutas y batidos lácteos azucarados; en los que la gente no piensa si dices "refrescos"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Akin. Tienes en parte razón. El estudio habla de las siguientes bebidas: carbonated beverages, sweetened beverages, soda, sports drink, fruit drink. He utilizado el término "refrescos" en el titular porque en España lo habitual es llamar refrescos a casi todas estas bebidas (excepto los zumos). Aunque en el primer párrafo ya menciono que se trata de refrescos azucarados, es verdad que en algún caso (refrescos light, zumos) podría crear confusión.
      Gracias por la sugerencia, procedo a añadir la nota.

      Eliminar
    2. ¿Hay estudios publicados sobre el impacto de las bebidas edulcoradas? mmmm, deja que repase el especial que hiciste sobre los edulcorantes...

      Eliminar
  2. Hola Centinel,

    A partir de lo que comenta María Martínez, querría hacer una pequeña sugerencia, que espero que no se tome como crítica o, al menos, se vea como crítica constructiva :-); deberíamos (no me atrevo a decir "deberías", porque tú eres dueño de tu blog ;-)) incidir más en aspectos psicológicos y cognitivos, por ejemplo: nos cuesta distinguir la "verdadera hambre", a menudo comemos por el estrés de la vida o por aburrimiento, nuestros "estándares" sobre qué cantidades y raciones son "lo normal" han ido aumentando a lo largo de las décadas, etc.

    ¿Qué tiene que ver esto con lo que comenta María sobre los edulcorantes? Pues que, en tu último post de la serie, apuntabas dos efectos que, al menos en mi caso, creo que se dan en mayor o menor medida. Primero, que siendo tan dulces (a menudo más que el azúcar) y que no llenan, nos provocan un círculo muy adictivo que, tarde o temprano, puede cambiarnos nuestra percepción de la comida en su conjunto, provocando que acabemos comiendo más y peor en general. Segundo, que posiblemente el cerebro deje de confiar en que el sabor dulce es un indicador de que llega nueva energía, y por ello la regulación mediada por la sensación de saciedad se vea seriamente comprometida. Y gracias a que parece que la mayoría de los humanos no segregamos insulina en respuesta a los edulcorantes, porque si alguno lo hace, los edulcorantes serán puro veneno para él (parte de la glucosa en sangre metabolizada como grasa, por tanto hipoglucemia debido a que los edulcorantes no han aportado energía, por tanto más hambre -hambre real- como consecuencia, etc).

    En fin, creo que habría que investigar más los riesgos psicológicos y cognitivos de los edulcorantes. Sin tener ninguna prueba, intuyo que el que toma Coca Cola Light acaba, tarde o temprano, más obeso y menos sano que el que toma zumo (puro) de naranja. No por la Coca Cola Light directamente, sino por lo que he intentado explicar antes.

    Gracias de nuevo por tu blog.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por vuestras aportaciones.
      En este artículo anterior hablo algo de lo que comentas, David:
      http://loquedicelacienciaparadelgazar.blogspot.com/2013/03/especial-edulcorantes-y-iii-ayudan.html
      Un saludo.

      Eliminar