En un post anterior ya publiqué lo que dicen los últimos estudios científicos sobre comer huevos. Este último parece contradecir todo lo anterior, pero me bastó con echar un vistazo al documento completo para ver que no había ni una razón para alarmarse, ya que tenía unos cuantos agujeros que empujaban a poner en duda su rigor y fiabilidad. Como aperitivo, los comentarios que los autores van incluyendo en todo el estudio dejan claro cual es su opinión respecto a las yemas de huevo: no solo correlación, también causalidad. Posible sesgo para empezar.
Y el resumen de los resultados está en esta tabla:
Son datos de los cinco grupos de personas, agrupados en función del número de yemas de huevo que consumen al año. La columna de la izquierda (primer grupo) se corresponde con los que menos comen, menos de una a la semana. Y la de la derecha (quinto grupo) con los que más, más de cuatro a la semana. Y los datos clave están en la variable "Plaque area", que indica el tamaño de la placa de ateroma o tapón que podría obstruir la arteria en el futuro, con un valor de 101 en el primer grupo y 176 en el quinto. Este último, mucho mayor.
El mayor problema de este estudio es que el número de variables que se recogieron y analizaron y contra las que se hicieron los ajustes correspondientes, eran muy pocas. Por ejemplo, echo de menos ajustes respecto al ejercicio, por ejemplo, una variable fundamental. O, lo que es peor, no se analizó ningún otro alimento aparte de las yemas de huevo, por lo que el efecto negativo podía estar causado por cualquier otro. En el pasado se han cometido muchos errores por hacer demasiado caso a estudios epidemiológicos con muy pocas variables, porque es imposible aislar el efecto individual de una sola, a no ser que su valor sea muy grande y obvio, como por ejemplo en el caso de fumar, que aumenta el riesgo de cáncer de pulmón hasta un 1500% (estudio, estudio).
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que la placa de ateroma aumenta de forma muy importante con la edad. Si se observa la edad media del primer grupo, es de 56 años. Y la del quinto grupo, 70, es decir, 14 años mayor. A pesar de que, según explica el autor, se hizo un ajuste con la edad, es difícil de creer que una diferencia tan grande no haya afectado al resultado.
En tercer lugar, no hay diferencias significativas entre los valores de colesterol LDL y HDL de los cinco grupos. Un ejemplo de que, como ya he comentado a menudo, la ingesta de huevos no influye en estos indicadores. Y dado que ambos valores suelen tener una clara correlación con la enfermedad cardiovascular, si la alimentación fuera el factor clave, se apreciaría algún tipo de diferencia entre ellos.
Por último, en este otro documento los científicos dicen que "Dr Spence and Dr Davignon have received honoraria and speaker’s fees from several pharmaceutical companies manufacturing lipid-lowering drugs, and Dr Davignon has received support from Pfizer Canada for an annual atherosclerosis symposium; his research has been funded in part by Pfizer Canada, AstraZeneca Canada Inc and Merck Frosst Canada Ltd". Es decir, que los que fabrican drogas anti-colesterol les han dado fondos para sus investigaciones. Otro pequeño negativo, por su influencia en el posible sesgo.
Incuso Steven Novella le ha dedicado un post en su web Science Based Medicine, comentando lo mismo que he dicho aquí: Que no hay que hacer demasiado caso a sus resultados.
En definitiva, me parece que algunas revistas (en este caso Atherosclerosis) deberían cuidar un poco cómo hacen su revisión por pares, me temo. Aunque los medios de comunicación tradicionales seguro que han disfrutado con la audiencia que ha tenido la noticia. Y que habrá des-educado más todavía a la gente.
Actualización
Como era de esperar, al estudio le han llovido críticas y contras-estudios de otros científicos y expertos por todos lados. Un par de ejemplos:
- Putting eggs and cigarettes in the same basket; are you yolking?
- Regular consumption of eggs does not affect carotid plaque area or risk of acute myocardial infarction in Finnish men
- Egg on their faces (probably not in their necks); The yolk of the tenuous cholesterol-to-plaque conclusion
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