Si preguntásemos a nutricionistas y médicos sobre aspectos generales de la dieta que ayuden a prevenir la enfermedad cardiovascular, sin duda el factor más mencionado sería la reducción de grasas. No me cabe ninguna duda que es la recomendación más universal que suele darse para la consecución de ese objetivo.
Sin embargo, cada vez aparecen más estudios que no llegan a conclusiones que confirmen esta directriz. El último es "Comparison of effects of long-term low-fat vs high-fat diets on blood lipid levels in overweight or obese patients: a systematic review and meta-analysis", un meta-análisis (les recuerdo que es el tipo de estudio que más peso tiene en el ranking de evidencias) que no es un estudio cualquiera. En primer lugar porque nos llega con el visto bueno de la asociación de dietistas-nutricionistas americana, la Academy of Nutrition and Dietetics, ya que se ha publicado hace unas semanas en su revista oficial. Y en segundo lugar porque ha analizado los estudios de intervención más importantes de los últimos años y centrándose en el medio-largo plazo (más de un año). Y les adelanto que sus resultados no justifican uno de los dogmas más aceptados en nutrición.
En los 32 estudios incluidos en esta gran revisión se comparó el efecto en los indicadores típicos de salud cardiovascular de dietas bajas en grasas y altas en grasas. Y tras los cálculos y análisis correspondientes, los autores concluyeron que las dietas bajas en grasas mejoraron el colesterol total y colesterol LDL (malo), pero las altas en grasas el colesterol HDL (bueno) y los triglicéridos. Y si se consideraban solo las dietas hipocalóricas, las diferencias entre ambos tipos de dietas desaparecían.
Respecto a las asociaciones más específicas, los expertos identificaron menores niveles de colesterol total en las dietas con menos grasas saturadas y más grasas poliinsaturadas; mayores niveles de colesterol HDL en las dietas con más grasas, sobre todo monoinsaturada; y mayor concentración de triglicéridos en las dietas con más carbohidratos.
Y ahora les traduzco lo más literalmente posible las conclusiones de los autores: "El resultado de nuestro meta-análisis no permite recomendar inequívocamente las dietas bajas en grasas o las altas en grasas para la prevención cardiovascular primaria".
Parece claro, pues, que no hay nada claro.
Como complemento a este interesante trabajo, les animo a releer este artículo de hace unos meses sobre la última revisión de Cochrane al respecto, que no solo analizó indicadores indirectos como en este caso, sino resultados finales concretos respecto a la mortalidad y a los incidentes cardiovasculares en relación a las grasas. Y el veredicto fue similar, sin pruebas en su contra.
Como esto siga así, me parece que las futuras recomendaciones oficiales sobre las grasas van a tener que cambiar bastante...
Lo que no es de recibo es que se hagan afirmaciones categóricas y se den recomendaciones sin tener evidencias claras. Se agradecería que tanto los científicos como determinadas instituciones fueran más prudentes y reconocieran su ignorancia antes de intentar sentar cátedra.
ResponderEliminarBueno, yo voy a hablar, como digo siempre, desde mi ignorancia en dietética y nutrición, no llego ni a aficionada al tema, pero contaré mi parecer en función de lo que leo, lecturas que intento procedan de fuentes con cierta autoridad.
ResponderEliminarYo no creo que se trate de cambiar la idea sobre las grasas ya que sólo he oído decir que había que prácticamente eliminar las grasas en las dietas tipo milagro.
La dieta mediterránea se encuentra en un 30% de su energía procedente de la grasa. Es lo que dice Grande Covián, de cuya autoridad no creo que se dude. Ya decía hace cuarenta años que las grasas como el aceite de oliva o la procedente del pescado azul reducían el colesterol malo y aumentaban el bueno.
Por otra parte, en el mundo del deporte amateur (no en la élite, son otro mundo) siempre se recomienda que la energía proceda más o menos 60-65% de los hidratos, 20-25% de las grasas y 10-15% de las proteínas.
Es que, a mi entender, hablar de grasas sin especificar qué tipo de grasas, no parece muy correcto. Entiendo que no debemos vivir sin grasas... sin grasas "buenas". Las grasas "malas" no hay ni que olerlas.
Y también pienso que las grasas del cerdo o cosas así no son precisamente las malas. Quizás no deberían ser nuestra única fuente de grasas, pero entiendo que las malas son las de los aceites que se degradan en los procedimientos industriales, entiendo que son malas porque se han adulterado.
Bueno, muchas gracias por hacernos pensar.
Un saludo.
María Esperanza, de la autoridad hay que dudar siempre, hasta de la del gran Grande Covián. En su libro "Nutrición y salud" dice ".. las margarinas que existen actualmente en el comercio se obtienen en general por hidrogenación parcial de aceites poliinsaturados. .... No está demostrado en modo alguno que la margarina tenga efecto perjudicial.... En cuanto al efecto de la margarina sobre los niveles de colesterol en el hombre, hace ya muchos años que los experimentos realizados en nuestro laboratorio demostraron que no hay diferencia entre el efecto de la margarina y de otras grasas de igual grado de insaturación, no sometidas previamente al proceso de hidrogenación" Como sabrás las grasas trans aumentan el colesterol malo y disminuyen el bueno y hay una relación positiva muy fuerte entre su consumo y riesgo de enfermedad cardiovascular. Actualmente hay margarinas sin grasas trans. En Estados Unidos estan intentando prohibirlas, a ver si copiamos en España.
ResponderEliminarUn saludo
Interesante por los dos lados. Interesante para quienes dicen que hay que bajar las grasas (menos de un 30% de las kcal diarias) y para los que dicen que hay que comer básicamente grasa (60 o 70% del aporte diario) para tener buena salud.
ResponderEliminarPerdón por el offtopic, pero es un tema que trataste hace nada:
ResponderEliminarhttp://youtu.be/0xLEcRjQLdU
Buf, no lo conocía, escalofriante. Esto se merece un post, gracias.
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