Probablemente andar a diario sea el consejo más universal y repetido por todos los médicos. Es el criterio de mínimos para considerar que practicamos algo de ejercicio y, hay que reconocerlo, mucha gente lo ha asumido como una saludable costumbre... pero solo el fin de semana. Todavía una gran parte utilizamos el automóvil u otro tipo de transporte para desplazarnos habitualmente, en contra de las recomendaciones de dedicar 30 minutos diarios a caminar.
Una duda muy habitual es si la intensidad o rapidez influyen en su correlación con la salud. Y en el ya nombrado en otras ocasiones Copenhagen City Heart Study, que realmente es una gran investigación-compendio de varios estudios, podemos encontrar alguna conclusión al respecto.
En concreto, en el estudio Intensity versus duration of walking, impact on mortality: the Copenhagen City Heart Study, se concluye que existe una clara correlación entre la reducción de la mortalidad por cualquier causa y la intensidad con la que se camina, llegando a una disminución del riesgo a la mitad. En cambio, la correlación con la duración es menor.
Así que ya saben lo que toca: No hace falta andar más, sino apretar el paso.
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