Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable

14 abr 2013

Prohibición de refrescos gigantes en Nueva York y decisiones políticas basadas en estudios científicos

Como muchos de ustedes ya sabrán, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg tenía previsto prohibir la venta de refrescos de gran tamaño en su ciudad (de medio litro y más), una mala costumbre que pretendía erradicar como parte de su plan contra la obesidad. Sin embargo, poco antes de que su iniciativa se pusiera en marcha, un juez la consideró arbitraria y la paró en seco, generando la consiguiente polémica, que se sumó a la que ya se había creado por la decisión del alcalde.

Siempre que se toma una medida coercitiva de este tipo, salen a la luz numerosos grupos de interés (normalmente bastante extremistas) quejándose y clamando por sus derechos o apelando a las libertades individuales. Este caso no fue excepción y el debate generado fue (y sigue siendo) bastante intenso entre los que piensan que la prohibición es la única forma de limitar el sinsentido de vender ese tipo de refrescos y los que opinan que es mejor educar y enseñar a decir no.

Mientras el tema sigue en la nevera hasta que alguien decida dar otro paso en alguna dirección, se acaba de publicar un estudio en PlosOne que aporta una interesante información para la reflexión; "Regulating the Way to Obesity: Unintended Consequences of Limiting Sugary Drink Sizes". Sus autores querían saber si este tipo de medidas son eficaces, para lo que estudiaron el comportamiento de un grupo de cien personas ante diversos menús acompañados de refrescos. Lo hicieron agrupando diferentes combinaciones de ellos de forma que simularan una situación normal (incluyendo refrescos normales , grandes y muy grandes, que es lo que se viene haciendo en Nueva York desde siempre) u otra simulando una situación con prohibición.



¿Se puede ofrecer mucho refresco estando el tamaño máximo del recipiente limitado? Claro, es sencillo, basta con vender un lote de dos unidades más pequeñas. Así que en la segunda simulación, la correspondiente a la venta con prohibición, en algunos menús se incluía un refresco de tamaño relativamente normal y en otros, para poder ofrecer gran cantidad de bebida sin arriesgarse a recibir una multa, un lote de dos refrescos normales.

En ambas simulaciones la proporción de los precios era la habitual para las variaciones de cantidades de refresco, con valores tomados de menús reales (McDonald's).

Los investigadores californianos pudieron comprobar que en la situación de prohibición, los menús preferidos por los clientes eran los que contenían dos refrescos en lugar de uno. Y esto dio lugar a una consecuencia inesperada: La gente terminó aumentando su consumo total, como se aprecia en el gráfico:

Haciendo el correspondiente cálculo económico, también observaron que con estos menús dobles era como más se vendía y más dinero se ganaba. Así que llegaron a la conclusión de que la prohibición del tamaño máximo podría ser contraproducente, ya que animaría a los vendedores a ofrecer los refrescos por pares, consiguiendo que la gente acabara bebiendo más que anteriormente.

Independientemente del rigor de este estudio en concreto, me pregunto por qué no se utilizan este tipo de trabajos para tomar decisiones políticas. No sé si Bloomberg lo hizo - me temo que no - pero antes de planificar una acción como la prohibición de los refrescos gigantes, ¿no sería lo más lógico intentar prever cual sería su resultado mediante simulaciones e investigaciones realizadas por varios equipos de expertos  independientes? ¿No habría así más posibilidad de tomar las decisiones más acertadas, especialmente aquellas relacionadas con la salud (aunque no sólo esas)?

8 comentarios:

  1. Curiosa medida, hecha la ley hecha la trampa.
    ¿Quién lo diría? Si es la propia Coca-Cola la que dice que el consumo de refrescos azucarados no produce sobrepeso:
    http://midietacojea.com/2013/04/14/la-publicidad-de-coca-cola-un-repaso-a-la-hipocresia-en-sus-anuncios/

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    1. si vez bien el envase tiene el signo de pepsi no de coca cola

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  2. ¿Políticos consultando a expertos, a científicos, a sabios? :D

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  3. Imposible, entonces, ¿qué harían esos asesores que nombran a dedo?

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  4. Parece lógico pensar que lo que se limitaría es la cantidad de bebida por menú, no el tamaño del envase. Así que, como excepción, no le veo gran interés a este estudio en concreto. No tiene mucho sentido estudiar una situación hipotética que hasta el legislador más torpe es capaz de prever y soslayar, como es el caso de vender dos envases más pequeños en vez de uno más grande en un menú.
    Enhorabuena por el blog.
    Saludos.

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  5. Anónimo, la picaresca del vendedor y la falta de contacto con la realidad de los políticos son dos variables que siempre pueden sorprendernos. Y si no, analicemos lo que ha ocurrido todos estos años con las medidas para frenar la piratería, por poner un ejemplo.

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  6. Estas cosas pasan cuando los políticos se meten a fiscalizar la vida de la gente. Me alegro de que la iniciativa del alcalde de Nueva York no haya salido adelante.

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  7. Aparte de ver lo que comen y limitar la cantidad de carbohidratos y dulces que van en sus cuerpos, la mejor manera de prevenir la obesidad es tener un estilo de vida activo..eso es lo que se debería promover

    http://dietaparaperderpesoya.com/prevenir-la-obesidad-en-los-ninos/

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