El documento, al igual que otros similares y recientes de esta naturaleza, deja atrás antiguos totems de la nutrición y reconoce las importantes lagunas de conocimiento todavía existentes. Además, sugiere abrirse a aproximaciones dietéticas diferentes a las más habituales, y revisa cinco de ellas (mediterránea, vegetariana, baja en grasas, baja en carbohidratos y DASH) e incluye esta tabla a modo de resumen.
Sí, ha leído bien. Una de las opciones es la dieta baja en carbohidratos y otra la mediterránea. Los expertos concluyen que ninguna ellas es la ideal y que todas pueden ser útiles. No se dice que ninguna sea dañina ni peligrosa. Se dan unas cuantas directrices generales a seguir, ya conocidas por los profesionales de la nutrición, sobre todo respecto a las cantidades de carbohidratos, calidad de los mismos (evitar los refinados), glucemia, raciones, etc., y se insiste una y otra vez, que habrá que adaptarse a las circunstancias de cada paciente, en función de factores como preferencias, cultura, conocimiento, religión, creencias sobre la salud, accesibilidad a alimentos...
- Porcentaje de macronutrientes: La evidencia sugiere que no hay un porcentaje ideal de carbohidratos, proteínas y grasas para la totalidad de diabéticos. Por lo tanto, su distribución debe basarse en una evaluación personal de los actuales patrones alimentarios, preferencias y objetivos metabólicos.
- Carbohidratos: Las evidencias para establecer una cantidad ideal de carbohidratos para los diabéticos no son concluyentes.
- Proteínas: Las evidencias para establecer una cantidad ideal de proteínas para los diabéticos no son concluyentes.
- Grasas: Las evidencias para establecer una cantidad ideal de grasas para los diabéticos no son concluyentes. La calidad de la grasas parece ser mucho más importante que la cantidad.
Las anteriores recomendaciones de la ADA, "Nutrition Recommendations and Interventions for Diabetes - A position statement of the American Diabetes Association" eran de 2006, con las que no hay grandes diferencias de fondo. Pero recomiendo leer ambas, sobre todo a personal sanitario y a enfermos de diabetes, porque las hay en las formas. En esta última versión es clarísimo el tono más abierto y tolerante.
¿A qué espera para descargarlo desde este enlace?
Si no fuese que cada vez que se menciona la dieta mediterránea lo que casi todo el mundo entiende es: pan, pasta, patatas... :(
ResponderEliminarFelicidades por cada una de las entradas a tu blog!
ResponderEliminarMuchas gracias, Emmanuel.
Eliminar