Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable

30 dic 2013

Cuando el semáforo nutricional nos despista

La mayoría de ustedes conocerán el llamado semáforo nutricional. Son unos gráficos similares a esa señal de tráfico que podemos encontrar en el etiquetado de los alimentos y que se establecen en base a las cantidades diarias recomendadas de aquellos componentes que se consideran que se deben controlar: Calorías, azúcares, grasas, grasa saturada y sal. Vamos, que sobre todo tienen un enfoque de máximos, es decir, utilizan colores llamativos como el amarillo y, sobre todo, el naranja, para avisar de cantidades elevadas de alguno de estos componentes. En definitiva, es un sistema dirigido especialmente a aquellas personas que no saben de nutrición, de forma que visualmente y sin tener que pensar demasiado, puedan valorar cuánto deberían comer de un alimento para seguir una dieta saludable. Y sobre todo para no pasarse de la raya. Pueden conocer los detalles y los criterios concretos en este enlace de Eroski.

Que quede claro que me parece que es una iniciativa interesante y que tiene su utilidad, sin ninguna duda. Sin embargo, no siempre cumple correctamente su función. Fíjese en los semáforos nutricionales que he recortado de dos alimentos diferentes:






Sin entrar a analizar demasiado los datos, ¿qué alimento cree que es más saludable? En caso de tener tentaciones o ganas de darse un capricho, ¿con cual cometería un pequeño exceso?

A mí me parece que las dos señales rojizas del primero son un aviso de alerta bastante importante. Aunque dos de los círculos son verdes, las dos cifras anaranjadas visualmente destacan mucho. Y resaltan las cantidades de grasas totales y grasas saturadas, nutrientes que precisamente no tienen muy buena prensa, con lo que esta etiqueta no está dejando en muy buen lugar al alimento al que pertenezca.

El segundo tiene cuatro de los cinco círculos amarillos, pero ninguno anaranjado, así que podríamos deducir que transmite un mensaje de precaución, pero sin asustar. No es que pinte muy saludable, pero comparado con el anterior, parece menos malo. En un momento de debilidad y sin que sirva de precedente, hasta podría valorar la posibilidad de repetir, ¿no cree?

Bueno, pues estos son los alimentos que se corresponden con cada etiqueta:





Entiendo que este tipo de sistemas informativos tienen sus ventajas e inconvenientes, pero ¿realmente es necesario incluir en las nueces un semáforo nutricional con dos cifras naranjas? ¿Acaso es peor comer 30 gramos de nueces peladas que tres galletas rellenas de chocolate?

No me parece mala idea que en la comida procesada se aporten estos datos nutricionales, después de todo no está mal saber qué contienen y qué nos aportan, pero me pregunto hasta que punto es útil que en la comida normal como las frutas, las verduras, los frutos secos, el pescado o la carne también se haga.

Es que en casos como este me parece incluso contraproducente.

6 comentarios:

  1. Para mi también me parece problemático que se ponga sobre una ración (en un caso 30g y en el otro 44g), sin que luego se refiera a 100g u otra medida común, o ni siquiera al contenido total del paquete o bolsa (algo muy útil para la industria que recomienda cantidades muy por debajo del consumo habitual).

    Porque luego lo % lo hace sobre la CDO para un adulto (esta seria la medida común)

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    1. Sí, el tema de las raciones es muy manipulable y se presta a muchas interpretaciones.

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  2. A mí los semáforos no me convencen mucho, por varias razones:

    - Se basan en la pirámide alimentaria, en algo hay que basarse claro, pero es discutible.
    - Se da más importancia a los macronutrientes que a su contenido. No son los mismos hidratos los de las galletas que los de la verdura. No es la misma grasa saturada la de la bollería que la de las nueces.
    - Se hacen trampas con las raciones recomendadas... Comer 3 galletas no es malo, pero poca gente se come sólo 3.

    y podría seguir ad infinitum...

    De hecho escribí en mi blog (sí, tengo de eso xD) sobre el tema hace un par de semanas:
    http://perdiendomasa.blogspot.ch/2013/12/sobre-los-semaforos-nutricionales-en-el.html

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    1. ¡Anda, feliz casualidad! Y me apunto el blog, claro ;-)

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  3. Opino que siempre es interesante conocer la información nutricional de cualquier producto, procesado o no, sin embargo tenemos que ser extremadamente cuidadosos a la hora de categorizar esa información como buena o mala.
    Como bien han dicho anteriormente, no nos podemos basar en una pirámide nutricional que está obsoleta. Si se hacen estudios para valorar la idoneidad de según que tipo de dietas, nutrientes, etc. sería lo suyo usar esta información de manera práctica.
    Lo ideal, claro está, sería formar a la población de manera que, sabiendo lo que contienen los alimentos que consume, sea capaz de juzgar si le convienen o no, según su caso particular.
    Esto se antoja imposible hoy en día (recortes varios) por lo que unificar criterios bajo una sólida base científica parece ser lo más adecuado, si lo que queremos es informar de manera objetiva a la gente, claro está.
    Mario

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  4. Sí, es complejo y pueden darse incongruèncias.
    No han tenido en cuenta que, a parte de criterios de salud, seria perfecto tener en cuenta cuestiones de sostenibilidad (envasados en plàstico, producto local, de temporada, ecológicos, de producción integrada), criterios de economia social (procedente de pequeñas empresas locales o de multinacionales), etc.

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