Desde casi su creación, los edulcorantes han dado mucho que hablar y han sido sido objeto de críticas y comentarios, algunos debidamente justificados y otros mucho menos racionales, más cercanos al alarmismo y con frecuencia con intereses espurios detrás. Olvidando las posturas más extremas, tampoco es extraño que despierten interés entre consumidores y científicos, dado que tanto su diversidad como su consumo crecen de forma sostenida, a la par que la obesidad. Y la responsabilidad del exceso de azúcar en el sobrepeso cada vez genera menos dudas, así que la posibilidad de sustituirla es comprensiblemente atractiva.
Como contaba en post anteriores, los resultados de estudios epidemiológicos y de ensayos de intervención respecto a la relación de los edulcorantes con el peso corporal es bastante confusa, ya que mientras algunos estudios muestran que pueden tener cierta utilidad a corto-medio plazo, otros indican que no parecen que a largo plazo sean una herramienta significativamente útil. Además, hay todavía bastantes cosas que aclarar sobre sus posibles efectos fisiológicos y neuroendocrinológicos, más allá del mero ahorro energético que supone su ingesta respecto a las opciones endulzantes más calóricas.
Centrándonos en el tema de las hormonas, ya que éstas juegan un papel muy relevante en la gestión de la energía y en la regulación del apetito, es lógico pensar que también conviene estudiar si la ingesta de edulcorantes puede dar lugar a una respuesta de la mismas diferente o alterada, provocando cierto tipo de "desajuste" en el sistema y dando lugar a efectos poco deseables. Lo cierto es que hasta la fecha la investigación en este sentido era más bien escasa, pero durante los últimos meses se han publicado un par de revisiones que han analizado esta perspectiva, considerando tanto los resultados de estudios observacionales como los de los ensayos de intervención. Son las siguientes:
- "Effects of the Non-Nutritive Sweeteners on Glucose Metabolism and Appetite Regulating Hormones: Systematic Review of Observational Prospective Studies and Clinical Trials" (2016)
- "Low calorie sweeteners: Evidence remains lacking for effects on human gut function" (2016)
Y estas son las conclusiones finales del primero, resumidas:
"Algunos estudios observacionales sugieren una asociación entre el consumo de educorantes y el desarrollo de enfermedades metabólicas; Sin embargo, la adiposidad es un factor de confusión frecuentemente identificado. Los efectos de los edulcorantes en el metabolismo de la glucosa no están claros. Los resultados de los ensayos clínicos identificados son contradictorios y no son comparables debido a las principales diferencias existentes entre ellos. Se necesitan estudios que evalúen edulcorantes específicos, con un tamaño de muestra adecuado, incluyendo un grupo de estudio homogéneo, identificando comorbilidades significativas, con un grupo de control apropiado, con un tiempo de exposición adecuado y considerando el ajuste para variables de confusión, como la grasa corporal".
Y estas de las de la segunda:
"La investigación en modelos animales y celulares sugiere un papel funcional en las células endocrinas del intestino de los receptores de sabor dulce, previamente bien descrito en el gusto oral. Sin embargo, hasta la fecha, los estudios en humanos muestran que la activación de los receptores de sabor dulce mediante edulcorantes bajos en calorías en el intestino humano no reproducen ningún efecto sobre la motilidad gástrica, las hormonas intestinales o las respuestas apetitivas evocadas por los azúcares calóricos."
Como pueden comprobar, parece que la cosa no está nada clara. Si leen detenidamente cada una de ellas, podrán ver cómo, en efecto, los resultados de los estudios individuales son muy diversos y heterogéneos; hay ensayos en los que no se detectan efectos significativos, pero otros en los que no se pueden descartar.
Conviene añadir que, justo después de estas revisiones, hace tan solo unos días, se ha publicado otro ensayo analizando precisamente esta misma cuestión. Se trata de "Hormonal responses to non-nutritive sweeteners in water and diet soda" (2016), en el que se comparó el efecto del agua, la sucralosa y varios refrescos sobre algunos marcadores metabólicos y hormonales, entre los que estaban las hormonas GLP-1 y insulina entre otras.
En las gráficas que incluyeron pueden visualizar algunos de sus resultados:
Y estas han sido sus conclusiones:
"Nuestros resultados demuestran que una sola exposición a una bebida que contiene sucralosa, acesulfamo-potasio y otros ingredientes, previa a una carga oral de glucosa, no induce efectos metabólicos pronunciados. Sin embargo, la segregación de GLP-1 aumentó después de tomar un refresco de cola edulcorado. También se observó un aumento de la insulina potencialmente relevante, aunque estadísticamente no significativo. (...) El vaciado gástrico y la saciedad no se vieron afectados. Las concentraciones de insulina fueron nominalmente más altas después de todas las condiciones sin alterar la glucemia. La sucralosa sola (a cualquier concentración) no afectó a los resultados metabólicos".
Como resumen de toda esta información, en lo que respecta a los edulcorantes y las hormonas yo diría que parece que "algo hay" con alguna de ellas, pero poco, ya que no es muy acusado, ni parece demasiado preocupante, al menos por el momento. La investigación es bastante heterogénea, escasa y cortoplacista, sobre todo en lo que respecta a ensayos. Así que, de momento, poco se puede afirmar con seguridad sobre el tema. Conviene ser escéptico y pedir más investigación desde esta perspectiva, que sin duda parece necesaria. Pero sin caer en el alarmismo, que los datos tampoco invitan a ello.
Por cierto, aprovecho este post para informarles que la revista "Physiology & Behavior" ha publicado un número monográfico sobre edulcorantes titulado "Low Calorie Sweeteners: Science and Controversy", (en el que he encontrado una de las revisiones anteriores) y ofrece artículos tan interesantes como los siguientes:
- Why do we like sweet taste: A bitter tale?
- The safety and regulatory process for low calorie sweeteners in the United States
- Trends in the consumption of low-calorie sweeteners
- Molecular mechanism of sweetness sensation
- Appetite and energy balancing
- Circuit organization of sugar reinforcement
- Functional roles of low calorie sweeteners on gut function
- Reshaping the gut microbiota: Impact of low calorie sweeteners and the link to insulin resistance?
- Low calorie sweeteners and gut microbiota
- Recent studies of the effects of sugars on brain systems involved in energy balance and reward: Relevance to low calorie sweeteners
- Low-calorie sweetener use and energy balance: Results from experimental studies in animals, and large-scale prospective studies in humans
- Low Calorie Sweetener (LCS) use and energy balance
Gracias por el artículo, Luis.
ResponderEliminarNo conocía la revista, así que voy a echarle un ojo, que pinta bien.
Un abrazo!