Este post participa en el V carnaval de nutrición y su objetivo es provocar la reflexión y promover el espíritu crítico entre el colectivo de profesionales relacionados con este campo. Espero que nadie se lo tome a mal ya que, saliéndome del tono habitual de este blog, centrado en estudios y evidencias, éste es un artículo de opinión.
Antes de nada, permítanme una introducción, creo que es necesaria para poder entrar en el tema del post con más rigor y solidez.
Dietas milagro, productos milagro...
La lucha contra los milagros y las estafas es difícil, sean de la naturaleza que sean. Nuestro cerebro funciona enormemente influenciado por las ideas preconcebidas y las presunciones que tengamos. Además, en lo más profundo, aunque nos consideramos seres muy racionales, a todos nos gustan las creencias y la fantasía, las cosas excepcionales y extraordinarias. Es normal, es humano. Nuestra naturaleza combate continuamente con esa dualidad, la lógica versus la intuición, creer lo que nos dice nuestro corazón o lo que nos dicen los datos.
Llevamos décadas viendo en las teletiendas, publirreportajes y otros mecanismos de venta, la publicidad sobre productos absurdos que hacen promesas imposibles. No es algo nuevo, los charlatanes y vendedores de crecepelo, los que prometen lo que nadie puede conseguir excepto ellos, han existido siempre y, mientras haya ignorancia, seguirán intentando hacer negocio aprovechándose de los más incautos. Bastará hacerles creer de que existe la posibilidad de que cumplan sus deseos respecto a los temas que normalmente preocupan a personas: Salud, belleza, amor, sexo, dinero...
El adelgazamiento no es excepción. La importancia social que tiene el sobrepeso, tanto desde el punto de vista estético como desde la preocupación por sus consecuencias para la salud y la dificultad para combatirlo, lo han convertido en un objetivo-milagro perfecto. Pero insisto, no es el único, ni mucho menos. Basta darse una vuelta por las librerías o hacer un par de búsquedas con Google para comprobar que hay otros muchos temas sobre los que se hacen promesas imposibles y se ofrecen sus correspondientes productos milagro: Ser más atractivos, parecer más jóvenes, conocer el futuro, conseguir la felicidad, evitar la enfermedad, triunfar, tener sexo fácil y placentero, ganar más dinero...
Como bien saben los seguidores de, El Blog de Centinel, un servidor lleva ya un tiempo codeándose con todo tipo de aprovechados y amantes de la pseudomedicina y los productos milagro, lo que me ha ayudado a conocer su casuística bastante bien. Y también ha servido para que construir mi perspectiva respecto a lo sus metodologías y recursos.
Por lo que he observado, existen unos patrones repetitivos y sencillos de identificar entre este tipo de charlatanes y vendedores de milagros. No importa cuál sea el producto en concreto, lo cierto es que su oferta tiene casi siempre estas dos características:
- Explicar un problema complejo de forma enormente simplificada.
- Proponer la solución, única y milagrosa, con resultados mucho mejores de lo normal, sin aportar pruebas independientes y rigurosas.
- Utilizar términos y mecanismos pseudocientíficos, sin demostrar o inventados para explicar la solución o el problema y dar rigurosidad a la propuesta.
- Hacer comparaciones con la competencia, mediante mentiras y acusaciones falsas.
- Utilizar testimonios falsos, no representativos o exagerados.
Definición de dietas milagro: Qué es y para qué sirve
Bien, tras es estas reflexiones previas, voy a centrarme en la cuestión de las dietas milagro.
En España tenemos dos fuentes que podemos considerar como "la definición oficial" de las dietas milagro. La primera es la de GREP-AEDN, el "Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas ", que elaboró el documento "¿Cómo identificar un producto, un método o una dieta milagro?", descargable desde este enlace.
Según los expertos de GREP-AEDN, "El objetivo (...) es ayudar a los/as Dietistas-Nutricionistas, a otros profesionales sanitarios e incluso a la población general, a identificar de una forma rápida cuándo se está ante un producto, método o dieta “milagro”, potencialmente fraudulento y peligroso para la salud, para la calidad de vida o para la economía familiar o comunitaria". Me parece perfecto y comparto el objetivo. Comparte que en el mundo de la nutrición, al igual que en otros muchos (o mejor dicho probablemente más que en ningún otro), existen estafadores y caraduras, que prometen cosas que son falsas e incluso peligrosas.
El documento incluye el siguiente listado de características de las dietas fraudulentas o de los métodos o productos fraudulentos, y puntualiza que "todas las dietas fraudulentas y todos los métodos o productos fraudulentos cumplen, en cualquier caso, al menos uno de los puntos detallados".
- Prometen resultados rápidos.
- Prometen resultados asombrosos o "mágicos” (Ej.: “cura milagrosa”, "ingrediente secreto", "antiguo remedio”, "punto de estimulación del hambre", "termogénesis" etc.).
- Prohíben el consumo de un alimento o grupo de alimentos.
- Contienen afirmaciones que contradicen a colectivos sanitarios de reputación reconocida.
- Incluyen relatos, historias o testimonios, sin documentar, para aportar credibilidad.
- Se pueden auto-administrar o implementar sin la participación de profesionales sanitarios cualificados (“hágalo usted mismo”).
- Contienen listados de alimentos buenos y malos.
- Exageran o distorsionan la realidad científica de un nutriente o alimento.
- Incluyen o se basan en el consumo de preparados que vende quien promueve el tratamiento dietético.
- Los preparados a consumir (productos dietéticos o similares) tienen un coste muy elevado si los comparamos con el valor económico de obtener los mismos resultados comiendo alimentos comunes.
- Garantizan los resultados o prometen “devolver el dinero” si no funciona.
- Afirmaciones que sugieren que el producto es seguro, ya que es "natural".
- Suelen desligarse de los posibles efectos adversos de su uso con frases parecidas a: “el autor o el fabricante no se responsabiliza de...”.
- Conclusiones simplistas extraídas de un estudio científico complejo.
- Recomendaciones basadas en un único estudio, o en estudios realizados con pocas personas (muestra no representativa), seguidas durante un breve espacio de tiempo (suelen acompañarse de frases como "descubrimiento científico").
- Recomendaciones basadas en varios estudios realizados en animales o en modelos celulares (in vitro)
- Recomendaciones basadas en estudios sin revisión por pares (peer reviewed).
- Recomendaciones a partir de estudios que ignoran diferencias entre individuos o grupos.
"Los signos que permiten reconocer una “dieta milagro” son:
- La promesa de pérdida de peso rápida: más de 5 kg por mes.
- Se puede llevar sin esfuerzo.
- Anunciar que son completamente seguras, sin riesgos para la salud.
(...)
De forma general, las llamadas “dietas milagro” se pueden clasificar en tres grandes grupos:
Dietas hipocalóricas desequilibradas: (...). Estas dietas provocan un efecto rebote, caracterizado por una rápida ganancia de peso, que se traduce en un aumento de masa grasa y pérdida de masa muscular. Esto obedece a que el metabolismo se adapta a la disminución drástica de la ingestión de energía mediante una disminución del gasto energético. Estos regímenes suelen ser monótonos, además de presentar numerosas deficiencias en nutrientes, sobre todo si se prolongan por largos períodos de tiempo.
Dietas disociativas: (...). Se basan en el fundamento de que los alimentos no contribuyen al aumento de peso por sí mismos, sino al consumirse según determinadas combinaciones. No limitan la ingestión de alimentos energéticos sino que pretenden impedir su aprovechamiento como fuente de energía con la disociación. Esta teoría carece de fundamento científico y los resultados obtenidos sólo obedecen a un menor consumo de energía. Además, este tipo de consumo es casi imposible porque no existen alimentos que solamente contengan proteínas o hidratos de carbono.
Dietas excluyentes: se basan en eliminar de la dieta algún nutriente. Estas dietas pueden ser: i) ricas en hidratos de carbono y sin lípidos y proteínas, (...); ii) ricas en proteínas y sin hidratos de carbono:(...) Producen una sobrecarga renal y hepática muy importante; iii) ricas en grasa: (...). Se conocen como dietas cetogénicas. Pueden ser muy peligrosas para la salud, produciendo graves alteraciones en el metabolismo."
Por su parte, la Academy of Nutrition and Dietetics americana, la que puede considerarse la referencia en ese país, ha formalizado su definición de las dietas milagro (fad diets) diciendo que son aquellas que hacen las siguientes afirmaciones y promesas:
- Pérdidas de peso muy rápidas.
- Promueven comer mucho de un solo alimento o eliminan o restringen severamente un grupo de alimentos entero.
- Promueven combinaciones específicas de alimentos.
- Ofrecen menús muy rígidos.
- Afirman que no hace falta hacer ejercicio.
Muchas definiciones, muchos matices... y muchas pegas
Tras leer detenidamente las definiciones, tengo que confesarles que me sorprende bastante las diferencias de criterios, especialmente que los dos organismos oficiales más relevantes de España presenten versiones bastante diferentes. Y por otro lado encuentro unos cuantos "peros" a muchas de las pistas o características que se aportan para su identificación. Por ejemplo, estas:
"Prohíben alimentos (GREP-AEDN)" y Dietas excluyentes (AESAN)
En las definiciones de ambas entidades se habla de la prohibición de alimentos concretos o de su restricción muy importante. Pero esto se hace desde bastantes enfoques, por ejemplo:
- Los vegetarianos.
- Las recomendaciones dietéticas de Harvard limitan de forma muy importante los carbohidratos refinados y la carne procesada.
- Casi cualquier recomendación oficial recomienda reducir al máximo la ingesta de dulces y bollería industrial.
Seamos honestos, prácticamente todas las recomendaciones tienen restricciones muy importantes de los alimentos que se consideran poco saludables. Por lo tanto, el error no está en restringir algunos alimentos, sino en hacerlo sin justificación, es decir, sin soporte científico.
"Afirmaciones contrarias a las de los colectivos sanitarios" (GREP-AEDN)
Esta característica es bastante razonable, y aunque en general es una buena referencia, hay excepciones con las que hay que tener cuidado. Sobre todo porque a ver quién es el guapo que define los colectivos sanitarios de referencia, que hay unos cuantos. Y además, estos colectivos también han ido cambiando sus recomendaciones, como vimos en este especial. Por ejemplo, durante años los carbohidratos refinados han sido la base dietética de todos los organismos oficiales, algo que en la actualidad está cambiando radicalmente. O las tres raciones diarias de lácteos mayoritariamente recomendadas, se están poniendo en duda por parte de algunos expertos, como por ejemplo los de Harvard, como expliqué en este post. O, como vimos en este otro, la asociación británica de dietistas es especialmente benevolente con el consumo de azúcares añadidos, al contrario que otros organismos oficiales.
En definitiva, a no ser que se indique claramente la referencia, en algunos casos puede ser complejo identificar "lo que dicen los colectivos sanitarios" para temas concretos.
Incluyen relatos, testimonios... (GREP-AEDN)
Sin duda, este es un recurso muy utilizado por los vendedores de milagros, unos minutos de teletienda sirven para comprobarlo. Pero el uso de testimonios en sí mismo no es una prueba de nada negativo, el mal uso de los mismos es lo que realmente es un buen indicio para sospechar. De hecho, el folleto oficial de la dieta DASH, la "oficial" del Instituto de Salud Norteamericano (NIH) para controlar la hipertensión y la que más respaldo suele tener entre algunos expertos, incluye testimonios de unas cuantas personas "normales", claramente seleccionados, como puede comprobar en este enlace.
Realmente los testimonios falsos (mucho más frecuentes de lo que creemos) son la mejor pista y una práctica muy habitual, así que lo ideal sería aprender a identificarlos. Aunque también hay que estar alerta con la selección sesgada de testimonios, eligiendo los positivos y obviando los negativos.
"Se puede auto-administrar sin ayuda de un sanitario" (GREP-AEDN)
Lo siento, aquí discrepo abiertamente. ¿Necesariamente hace falta un dietista-nutricionista para saber comer bien? Las recomendaciones dietéticas oficiales están dirigidas a la población en general, así que también se les aplicaría esta característica. Personalmente no creo que todos necesitamos la ayuda de un sanitario para poder sentarnos tranquilos a la nuestra mesa.
"Alimentos buenos y malos" (GREP-AEDN)
Vuelvo a lo comentado en el apartado de las prohibiciones y exclusiones. Las recomendaciones oficiales de todo el mundo también clasifican los alimentos en buenos y malos, recomendando minimizar algunos y poniéndolos en lo alto de la pirámide correspondiente y promoviendo la ingesta de otros. Y es que realmente hay alimentos más y menos saludables, o buenos malos, llámese como se quiera, que deberían comerse con más y menos frecuencia, respectivamente.
"Se puede llevar sin esfuerzo" y "Son completamente seguras, sin riesgos para la salud" (AESAN)
¿De verdad piensan los expertos que esta afirmación es una pista fiable de que estamos ante una dieta milagro? Es cierto que los productos milagro utilizan este gancho para todo, pero en este caso no es demasiado útil como pista. Una alimentación saludable y que permita perder peso puede ser satisfactoria y agradable. Además, parece que estamos transmitiendo que para llevar una buena alimentación hay que sufrir o esforzarse mucho. Ni coincido, ni me gusta.
¿Una definición o demasiadas ideas mezcladas?
La primera impresión que me queda tras leer los documentos completos es que hay demasiadas ideas mezcladas que pretendían desbaratar demasiadas propuestas dietéticas al mismo tiempo. En mi opinión, hay demasiadas imprecisiones y pegas en varias de esas definiciones. Pruebe a contrastar la lista con una dieta vegetariana, comprobará que se le aplican unas cuantas. ¡Alguna de ellas incluso encaja en las recomendaciones dietéticas de las entidades oficiales!
En mi opinión, hay dos motivos para este pequeño batiburrillo de ideas. En primer lugar creo que es un error meter en el mismo saco una estrategia dietética sobre la que hay controversia pero también una cierta cantidad de estudios científicos que le dan cierto soporte (como por ejemplo las dietas bajas en carbohidratos o de bajo índice glucémico) y una dieta basada en principios falsos y absurdos, sobre la que no hay ni una sola evidencia de nada (como la disociada, la del pH o la del grupo sanguíneo). La idoneidad y eficacia de las primeras puede ser discutible, pero no es correcto que las consideremos fraudulentas, cuando ni los propios expertos han dilucidado el alcance de su utilidad. Por el contrario, las otras, las que recurren a mecanismos y propiedades inexistentes, son simplemente un timo.
En segundo lugar, se está mezclando "la dieta" con "la forma de vender la dieta". Por ejemplo, el señor Shinya en su trístemente célebre libro La Enzyma Prodigiosa, propone una dieta baja en grasas y semi-vegetariana, un planteamiento que no creo que sea el mejor pero que desde el punto de vista de la salud no tiene demasiados reproches por parte de los expertos. El problema está en cómo Shinya la justifica y la vende, basándose en una teoría falsa sobre una enzima madre y prometiendo cosas imposibles, haciendo creer que siguiéndola se curan multitud de dolencias y no se enfermará nunca. En este caso la dieta es un problema menor, el engaño está en el vendedor, que le asigna propiedades falsas.
Bien, recordemos el objetivo de la definición de las dietas milagro: "... ayudar a los/as Dietistas-Nutricionistas, a otros profesionales sanitarios e incluso a la población general, a identificar de una forma rápida cuándo se está ante un producto, método o dieta “milagro”, potencialmente fraudulento y peligroso para la salud, para la calidad de vida o para la economía familiar o comunitaria". Como vemos, aunque también se incluye a la población en general, parece que las instrucciones están sobre todo dirigidas a profesionales. ¿Y les son útiles? Pues habría que preguntárselo a ellos, pero a mí me parece que no demasiado, porque como ya he dicho, algunas son confusas o poco concretas y otras son aplicables a casi cualquier estrategia nutricional diferente a la de "contratar a un nutricionista que me diseñe algo personalizado". En alguna ocasión he encontrado a profesionales de la nutrición calificando una dieta como "milagro" simplemente porque cumplía alguna de las 18 características de la lista de GREP-AEDN, y sus argumentaciones finalizaban ahí, sin más explicaciones. Algo claramente insuficiente.
Respecto a la definiciones de AESAN, me parecen aún más genéricas y poco centradas, me cuesta ver cómo podrían ser útiles para identificar dietas poco recomendables. Su clasificación en tres grupos (hipocaloricas-desequilibradas, disociativas y excluyentes) tampoco me parece que ayude demasiado y tampoco entiendo muy bien el por qué de esta clasificación.
En mi opinión para ayudar a identificar y desmontar las dietas fraudulentas o promesas exageradas (insisto, creo que son cosas diferentes) es importante centrarse en educar en los principios del engaño, es decir, en esas 2+3 características que he comentado en la introducción (y que también están identificadas en la larga lista de GREP-AEDN) y que les vuelvo a recordar:
- Explicar un problema complejo de forma enormemente simplificada.
- Proponer "la solución", única y milagrosa, sin aportar pruebas independientes y rigurosas.
- Utilizar términos y mecanismos pseudocientíficos, sin demostrar o inventados.
- Hacer comparaciones mediante mentiras y acusaciones falsas.
- Utilizar testimonios falsos, no representativos o exagerados.
- Hacerlo de forma sencilla, pero ojo, no más simple de lo necesario. Explicar las cosas con la profundidad que haga falta para conseguir hacer entender los porqués. Es importante que sea "entendible", pero hay que tener cuidado porque si se simplifica demasiado, se pueden llegar a desvirtuar los principios sobre los que se soportan los razonamientos.
- Ser honesto y riguroso, hablando del conocimiento actual, pero también reconociendo lo que no se sabe. La humildad es un valor en ciencia.
- Aportar siempre las pruebas, de primera mano y las fuentes originales.
- No utilizar presunciones, dogmas, "mandamientos", decálogos o generalizaciones que no hayan sido demostrados rigurosamente.
- No intentar adoctrinar basándose en el miedo injustificado, ya que las exageraciones acaban descubriéndose y haciendo perder credibilidad.
Y cierro el post como lo he empezado, con ánimo conciliador. Mi opinión es que convendría sentarse a analizar con datos objetivos si las definiciones de dietas milagro están logrando su objetivo y si no fuera así, proceder a revisarlas y mejorarlas, e incluso reflexionar sobre la validez de su planteamiento. Es lo que debería hacerse con cualquier planteamiento de este tipo, proponer, probar, revisar y mejorar. ¿No creen?
Suscribo totalmente lo que dices. De hecho para mí ha sido la infame dieta Dukan el gran ejemplo de dieta milagro que, por falta de rigor en las autoridades a la hora de dar una réplica inteligente, sólo se consiguió que nadie se creyera cualquier argumento en contra (que los hay, no soy pro-dukan). Todos los argumentos en su contra giraban alrededor de lo charlatán que es el Dr Dukan o de que fuera hiperproteinada, aunque la ciencia respalde las dietas bajas en hidratos para adelgazar. El problema con la falta de rigor es que sólo se consigue confundir a la población... vi un programa de la televisión vasca en que se hablaba de esa dieta y había un nutricionista que criticaba muy duramente la Dukan cuando tenía al lado a una paciente suya a la que recomendó un bypass gástrico... ¿qué rigor podemos esperar de alguien así?
ResponderEliminarSí, muchísima razón de un tema que nos bombardea día a día, minuto a minuto. He ahí el poder de la abducción, pero abducción terrestre que ejercen los listos muy listos sobre los terrícolas. Así llegué yo a este blog, más que por reflexión, por repelús, porque viendo un anuncio de cremas empecé a alucinar un día por lo que tantos años había ignorado pero absorbido. No sé si me explico. También llegué aquí porque dejé de fumar y engordé y mi planteamiento fue "tengo que perder peso y lo más importante pensé que era entender los alimentos" y funciona!!! Estoy en ello, pero funciona!!! Gracias a Centinel y sus libros!!. Es muy importante asimilarlo y hablar de ello con un mínimo de conocimiento, aunque sea sólo como usuario, que es lo más importante. No puedes imaginar la repercusión que tiene (valdría aplicarlo a otras cosas). Sólo una duda: " Es malo disociar?, porque yo veo disociación".
ResponderEliminarHace tiempo no te escribía pero igual siempre te sigo leyendo y siempre sigo de acuerdo contigo en prácticamente todo, más aún en esta entrada. ¡Buen trabajo!
ResponderEliminarY en cuanto a la definición de la GREP-AEDN, se ahorrarían un montón de líneas de y rodeos si simplemente colocan que dieta milagro es todo aquello que no haya sido diseñado y/o administrado por uno de sus miembros (que es eso lo que leo a gritos en su documento).
Me alegra saber que andas por ahí, chica. Como ya no tienes blog, te tenía bastante despistada. Espero que tu peque esté fenomenal. ¡Saludos!
Eliminar¡Está preciosa la gordita! jejeje, y sí que tengo blog, sólo que me he mudado. Me encantará que me visites por allí cuando tengas un tiempillo ;)
EliminarEs en http://minuevadieta.com
¡Un abrazo!
¡No lo sabía! Al Feedly, ya tienes otro seguidor
EliminarCuando compre "Lo que dice la ciencia para adelgazar" lo hice junto con "La dieta dieta paleolitica" y pense que los dos eran libros sobre dietas milagro. xDDDDD
ResponderEliminarNada mas lejos de la realidad... bueno, la dieta Paleolitica por supuesto que si, el de Centinel por descontado que no.
Estoy seguro que a bastante gente le ha pasado parecido, después de todo la mayoría de lo que se publica es eso.
EliminarNo se por qué dices que la dieta paleolítica es una dieta milagro :) Lo que pasa es que no está científicamente bien sustentada, pero no es una "dieta milagro" por ningún costado porque ni siquiera tiene como fin adelgazar
EliminarSin querer centrar el debate en algo que no es, directamente, objeto de esta entrada en el blog, he de decir que estoy de acuerdo con Beatriz en que la dieta Paleo no es dieta-milagro (mal que, como pasa ante cualquier propuesta dietética, incluida la mediterránea, haya gente que se aproveche del filón para exagerar y vender) pero discrepo en que no está científicamente bien sustentada; en términos biológicos y antropológicos hay estudios muy profundos de hábitos, costumbres, desarrollo genético...y es coherente.
EliminarRespecto a lo que propone a nivel nutricional, no sé donde está la ausencia de sustento, puesto que no deja de ser una propuesta de consumo de proteínas de alto VB, grasas de calidad, verduras, frutas, frutos secos, alejándose de los azúcares, harinas, refinados...
¿Qué en algunos aspectos se puede entrar en discusión? Sí, claro. Como en la dieta mediterránea, las cetogénicas o muchas otras...
Y, de hecho, el término "dieta paleo" es incompleto a todas luces. Quizá sería más bien el "concepto paleo", ya que el ejercicio físico está íntimamente ligado y resulta imprescindible e indivisible de la parte nutricional.
Como comentario para Bertoni, aunque desconozco qué libro habrá adquirido (Wolf o Cordain) supongo que habrá visto que al final hay más de 30 páginas de referencias a estudios científicos. Eso, de entrada y como mínimo, otorga el beneficio de la duda ;)
Y es que una cosa es el concepto Paleo, con sus bases y su investigación (hay investigadores de primer nivel en ese campo y cada vez más estudios y con más rigor -uno de Lindeberg que está a punto de finalizar tras 2 años y uno que se está llevando a cabo en Lanzarote con sujetos diabéticos- ) y sus publicaciones -directa o indirectamente relacionadas- y otra cosa es el uso, erróneo o distorsionado, que mucha gente pueda hacer de ese concepto. También hay que saber diferenciar.
Al final, como siempre, escribo demasiado...
¡Saludos!
Creo que ya te habia dejado este link pero para alguien que sepa ingles y quiera reirse un poco lo dejo de nuevo: http://www.youtube.com/watch?v=EKHCyFhsMAQ
ResponderEliminarSaludos!
Muy curioso... por decir algo ;-D
EliminarO sea, si una dieta prohibe el azúcar y productos procesados es una dieta milagro? Pues entonces yo creo en las dietas milagro. Y las dietas cetogénicas no son peligrosas, por dios, hay cientos (miles?) de estudios que lo demuestran, en fin...
ResponderEliminarBueno, yo creo que cuando se hace referencia a los grupos de alimentos y se dice que hay que eliminar de la dieta los carbohidratos refinados... no creo que eso sea eliminar un alimento. Parto de la idea de que los azúcares, harinas refinadas y las grasas trans o como se llamen, no son alimentos. Son cosas que nos quitan el hambre e incluso nos dan cierta energía, pero no son alimentos. Una cosa es quitar el salvado a los cereales y otra cosa es procesarlos hasta que el organismo no los reconoce y sabe si usar insulina, bilis o qué para poder digerirlos. Yo lo entiendo así. Por ejemplo, cuando se dice que no hay que comer pizza, no lo entiendo, la pizza puede ser maravillosa y super equilibrada en hidratos, proteínas y grasas, según de lo que sea, pero si es manufacturada pues la harina será refinada y no quiero ni pensar las grasas que lleva, el tipo de queso... La hamburguesa y nuestro querido bocadillo es maravilloso, si la grasa del bollo del pan es mala y la carne irreconocible, es que no son alimentos, son otra cosa. El turrón es la mejor barrita energética que conozco, si lleva azúcar refinada, pues ya no es alimento. Yo lo entiendo así, tampoco soy nutricionista. Un saludo.
ResponderEliminar¡Muy agudo, como siempre!
ResponderEliminarTodos los posts sobre dietas-fraude tienen un montón de comentarios absurdos de defensores. A veces es un poco deprimente, la verdad...
Me gustaría saber que opinión tienes sobre el chitosan pues estoy escribiendo un blog sobre este suplemento y hay detalles que a veces crean polémica sobre este suplemento
ResponderEliminarLos estudios indican que hay muy pocas pruebas de que sirva realmente para conseguir beneficios para la salud:
Eliminarhttp://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/14651858.CD003892.pub3/abstract
http://www.karger.com/Article/PDF/258633
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmedhealth/PMH0028948/
Llevo años haciendo culturismo, los culturistas son/somos las personas que se dedican a ganar maxima masa muscular con el minimo porcentaje de grasa corporal, es decir, no hay nadie en el mundo que sepa mejor que nosotros como destruir la grasa. Ningun cientifico con sus estudios va a decirte y a aconsejarte como un culturista que ha puesto en practica estos principios. Y esto esta demostrado visual, practica y empiricamente en una practica deportiva que tiene mas de 50 años. Si, me diran, esos tipos usan de todo, se meten esteroides, etc... No negare esa realidad, pero igual de real es que sabemos como comer, entrenar pesas y hacer cardio para crear masa muscular y eliminar grasa. Es una practica habitual la de reducir hidratos de carbono y grasas mientras se eleban las proteinas en un periodo de perdida de grasa. Dicho de otra forma, hacemos dietas Atkins, cetogenicas, paleoliticas, Duncan, no me importa el nombre, no me importa cual este de moda, nosotros no nos dejamos llevar por modas, los principios fisiologicos no varian, solo nos centramos en tener bajos niveles de insulina que es la hormona acumuladora, que nos ayuda a ganar musculo pero tambien grasa. Es practicamente imposible eliminar grasa con altos niveles de insulina, la insulina la elevan los hidratos de carbono. Tal vez por esa razon, por tener dietas altas en hidratos de carbono, la poblacion sea cada vez mas obesa, mas diabetica y mas enferma. Coman cereales y pan blando si quieren estar gordos, yo voy por mi pescado y mi pedazo de brocoli.
ResponderEliminarbuenas tardes, no se encuentra la referencia de la academia de nutricion y dietetica de estados unidos.
ResponderEliminarEn efecto,han retirado el texto. Supongo tampoco estarían muy satisfechos...
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