aunque en este blog hemos ido tocando casi todos, todavía quedan unos cuantos por abordar. Uno de ellos es el relacionado con los horarios, la distribución durante el día de las comidas y sus posibles efectos sobre la salud, así que éste va a ser el tema al que voy a dedicar este post.
Cuando se habla de horarios, hoy en día ya nadie pone en duda la influencia de los ritmos circadianos en el funcionamiento de nuestro nuestro cuerpo. Hemos evolucionado durante millones de años bajo el influjo de diversos ciclos, entre los que sin duda destaca el protagonizado por el sol - el que da lugar al día y la noche - y que ha sido responsable de adaptaciones fisiológicas tan extremas como la existencia del sueño nocturno. Así que es esperable que una actividad tan relacionada con el metabolismo como es la alimentación también esté influenciada por dichos ciclos.
Sin embargo, la verdad es que la investigación sobre este tema no es demasiado amplia y se ha centrado en aspectos bastante concretos. Por ejemplo, como cuento en El cerebro Obeso, existe una significativa cantidad de evidencia que relaciona las alteraciones del sueño con posibles disfunciones metabólicas y neurológicas. Pero hay otras cuestiones en las que nuestro conocimiento todavía es escaso. Como por ejemplo, la relación entre la ingesta de alimentos y la situación de estos ciclos circadianos - que normalmente suelen estar ajustados a ciertos horarios - y su importancia e influencia en la salud y el sobrepeso. Tenemos la típica planificación dietética diaria tan arraigada (cinco comidas al día, siendo las tres principales desayuno, comida y cena), que probablemente damos por hecho que esa es la mejor forma de comer. O, al menos, la más razonable a la hora de compatibilizarla con el trabajo y el resto de obligaciones personales y familiares. Pero, ¿y con la salud o el sobrepeso? Por otro lado, es probable que la omnipresente influencia de la idea "en el sobrepeso lo único importante es la ingesta calórica total" tampoco habrá animado a muchos investigadores a profundizar estas cuestiones.
Afortunadamente, durante los últimos años se ha despertado el interés entre algunos científicos, lo que ha dado lugar a algunas investigaciones, que han sido utilizadas para "alimentar" unas cuantas revisiones que se han publicado durante los últimos meses. Me refiero a las siguientes:
- Nutrition Targeting by Food Timing: Time-Related Dietary Approaches to Combat Obesity and Metabolic Syndrome (2016)
- Meal frequency and timing: impact on metabolic disease risk (2016)
- Energy and Nutrient Timing for Weight Control: Does Timing of Ingestion Matter? (2016)
- Metabolic impacts of altering meal frequency and timing - Does when we eat matter? (2016)
- The Influence of Portion Size and Timing of Meals on Weight Balance and Obesity (2015)
- Beneficial effect of high energy intake at lunch rather than dinner on weight loss in healthy obese women in a weight-loss program: a randomized clinical trial (2016)
- Distribution of energy intake throughout the day and weight gain: a population-based cohort study in Spain (2016)
- The timing of the evening meal: how is this associated with weight status in UK children? (2016)
- Timing of food intake is associated with weight loss evolution in severe obese patients after bariatric surgery (2016)
- Meal timing affects glucose tolerance, substrate oxidation and circadian-related variables: A randomized, crossover trial (2015)
En primer lugar, no parece que sea positivo para la salud que la comida de mayor aportación calórica sea la de antes de acostarse, es decir, la cena. Tampoco parece bueno retrasar demasiado la comida principal. Los efectos negativos de comer tarde podrían llegar a la reducción del gasto energético, la inadecuada regulación de la glucosa y la alteración hormonal. Además, un horario de comidas irregular y cambiante también podría alterar negativamente estos aspectos y acentuar los problemas.
Por otro lado, desde la perspectiva de descartar mitos, también se podrían concluir un par de cosas. La primera es que no hay evidencias de que el aumento de la frecuencia de las comidas provoque beneficios para la salud ni un menor riesgo de sufrir sobrepeso (algo de lo que ya hablé en posts anteriores 1 , 2). Tampoco hay pruebas de peso que aporten criterios para priorizar cierto tipo de alimentos o macronutrientes en ciertos momentos del día. Así que las creencias sobre que hacen falta carbohidratos por la mañana para rendir mejor o que los carbohidratos por la noche engordan de forma especial, de momento no son de más que eso: creencias.
Todo esto podría resumirse en forma de tres reglas generales:
- Coma cuando tenga hambre (comida saludable).
- Preferiblemente siguiendo horarios regulares.
- No demasiado tarde.
De cualquier forma, creo que este es un campo que sin duda esté campo nos traerá interesantes investigaciones en el futuro.
A mí personalmente lo que me pide el cuerpo es regularidad horaria, sea una u otra.
ResponderEliminar¡Gracias por la info bibliográfica! El tema de los horarios es algo que requiere todavía mucho por estudiar...
ResponderEliminarExcelente como siempre!!! Muchas gracias
ResponderEliminarMe ha encantado esta entrada, mu útil porque es un tema del que se habla muchísimo últimamente y una de las cosas que más pregunta la gente, o que ni siquiera pregunta afirma con frases como "los frutos secos por la noche engordan", o "ya sé que la fruta por la noche engorda mogollón..." y cosas así. Me parecen muy acertadas tus tres reglas generales.
ResponderEliminarhttps://intensivedietarymanagement.com/circadian-rhytms-fasting-17/
ResponderEliminarEn contraposición al estudio presentado por Juanjo, en este otro:
ResponderEliminarhttp://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1038/oby.2011.48/full encontramos que en una dieta hipocalórica donde se dan la mayoria de hidratos de carbono por la noche, se obtienen mejores resultados en todos los parametros estudiados y incluso se reduce el hambre al conseguir unos mayores niveles diurnos de leptina.
Atendiendo a la hipotesis de la insulina del estudio anterior, deberíamos haber obtenido los mismos resultados, pero son justo los contrarios. Alguna idea del porqué?
¿Como saber objetiva y empíricamente cuando alguien tiene realmente hambre?¿como se define científicamente hambre?¿hay grados de hambre?
ResponderEliminarEn los estudios se evalúa el hambre como apetito o saciedad, que son sensaciones, por lo que son conceptos subjetivos. Se utilizan cuestionarios normalizados.
Eliminar¿Como saber objetiva y empíricamente cuando alguien tiene realmente hambre?¿como se define científicamente hambre?¿hay grados de hambre?
ResponderEliminarMe parece que habría que objetivizarlo con medidas externas con las que la dependencia del sujeto fuera mínima. Por ejemplo poner fotos en color de comida preparada y analizar impulsos cerebrales y jugos gástricos o cualquier otra medida fisiológica.
ResponderEliminar...y teniendo en cuenta las condiciones circunstanciales del sujeto como: tiempo desde la ultima ingesta, cantidad última ingesta, temperatura exterior, hora del día,...
ResponderEliminar¿Hay algún estudio o experimento de esta tipo?
El apetito es el apetito, una sensación subjetiva. Otra cosa es que pueda investigarse su relación con diversos temas fisiológicos.
Eliminar"De grandes cenas están las tumbas llenas" dice un dicho popular. No creo que sirva como prueba científica de nada, jeje, pero quizá algo de razón tenga la sabiduría popular. También hay otros dichos muy populares que hablan sobre la abundancia y distribución de las comidas a lo largo del día.
ResponderEliminarPersonalmente y por motivos laborales, muchas veces me veo "obligado" a tomar algo poco antes de acostarme y por las sensaciones en mi cuerpo, me inclinaría a dar bastante crédito a esa sabiduría centenaria.
La subjetividad del apetito puede recortarse; tengamos en cuenta que una persona tiene apetito porque está estresado, porque está feliz o porque está triste; influye mucho el estado anímico y psicológico de la persona por lo tanto no podemos sacar conclusiones y decir: "hay que comer cuando se tenga apetito" porque a veces el cerebro, como bien sabes, nos engaña y mucho.
ResponderEliminarSabemos además que la gente que tiene el estómago dilatado de llenarlo mucho tiene hambre mucho antes
ResponderEliminarTodo esto lo dices en tu artículo:
ResponderEliminarUna caloría no es una caloría o lo que realmente engordan los alimentos (II) - Apetito y saciedad
En mi caso tengo hipotiroidismo y debo es dejar de comer tanto dulce (azúcar ) y cosas fritas del resto pienso que lo importante es Desayunasé bien, muy bien una meriendita a media mañana luego almuerzo bueno pero no abundante media tarde otra meriendita y la cena temprano y suave para la ansiedad funcionan los frutos secos.
ResponderEliminarEn mi caso tengo hipotiroidismo y debo es dejar de comer tanto dulce (azúcar ) y cosas fritas del resto pienso que lo importante es Desayunasé bien, muy bien una meriendita a media mañana luego almuerzo bueno pero no abundante media tarde otra meriendita y la cena temprano y suave para la ansiedad funcionan los frutos secos.
ResponderEliminarCentinel, debido a mi trabajo, tengo turno rotatorio, cada semana me cambia el ciclo: mañanas-trades-noches.Imagínate...
ResponderEliminarLlevo ya 12 años así. Al principio no me afectaba mucho, pero ahora es ya una tortura constante en relación al sueño, descanso, comidas...
Teniendo em cuenta los ultimos estudios referente al tema expuesto, que tipo y horarios de alimentación me aconsejas Centinel?
Es natural que su tu cuerpo se "acostumbra" a comer a ciertas horas todo los días, tenga hambre a esa hora casi exacta. Prueba a cambiar una una de comida habitual y verás que tienes sensación de hambre a la hora que antes comías
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