Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable

24 jul 2016

Últimos estudios sobre las grasas dietéticas



Como ya saben los seguidores habituales de este blog, las grasas dietéticas es uno de los temas sobre los que suelo escribir, sobre todo porque creo que todavía tenemos mucho que aprender respecto a su influencia en la salud. Y como hace tiempo que no lo hago, he dedicado un rato a buscar un poco sobre este tema, con objeto de identificar algunas revisiones sistemáticas y estudios relevantes publicados durante los últimos meses, en los que las protagonistas hayan sido las grasas y su relación con la salud.

Como me he topado con unas cuantas cosas interesantes, he decidido hacerles un pequeño resumen:



La primera es una revisión sistemática, titulada "Effects of Saturated Fat, Polyunsaturated Fat, Monounsaturated Fat, and Carbohydrate on Glucose-Insulin Homeostasis: A Systematic Review and Meta-analysis of Randomised Controlled Feeding Trials" (2016). Es un metaanálisis de estudios de intervención en el que se analiza el efecto de diferentes tipos de grasa en el control de la glucosa y la insulina. Ha sido liderado por conocidos investigadores en el ámbito nutricional, entre los que están Dariush Mozaffarian y Renata Micha.

Los expertos, en concreto, han estudiado cómo cambian estas variables al hacer ciertas sustituciones en la dieta, es decir, al reducir la ingesta de ciertos tipos de grasa o carbohidratos, a costa de otros.

Para que lo entiendan mejor, a continuación pueden ver un primer gráfico, que ilustra los resultados sobre la glucosa, deducidos de ensayos con reemplazos isocalóricos (mismas calorías) entre carbohidratos, grasas saturadas, grasa monoinsaturada y las grasas poliinsaturadas :



También incluyen un segundo gráfico similar,  en este caso respecto a los efectos sobre la insulina de los mismos reemplazos:


Y tras el análisis de todos los ensayos seleccionados, los autores concluyen lo siguiente:

"Los resultados apoyan las directrices de aumentar la ingesta de ácidos grasos monoinsaturados para mejorar la glucemia y la resistencia a la insulina, con efectos posiblemente mayores entre los pacientes con diabetes tipo 2 y de aumentar la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados en la población general para mejorar el control a largo plazo de la glucemia, resistencia a la insulina, así como la capacidad de secreción de insulina. Todo ello a costa de las grasas saturadas o los hidratos de carbono."

El segundo trabajo interesante también ha contado con la participación del investigador Dariush Mozaffarian y ha tenido bastante repercusión, por razones obvias. Se trata de "Is Butter Back? A Systematic Review and Meta-Analysis of Butter Consumption and Risk of Cardiovascular Disease, Diabetes, and Total Mortality" (2016). Como indica su título, es un metaanálisis analizando las evidencias existentes respecto al consumo de mantequilla - un alimento bastante denostado por su elevada cantidad de grasas saturadas -  el riesgo de mortalidad y otras enfermedades.

Las conclusiones finales - en las que se exculpa a la mantequilla y que han dado lugar a la controversia - son las siguientes:

"Esta revisión sistemática sugiere una relación neutra o relativamente pequeña de la mantequilla con la mortalidad, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. Estos hallazgos indican que no es necesario un mayor énfasis en las directrices dietéticas respecto a aumentar o disminuir el consumo de mantequilla, en comparación con los otras prioridades dietéticas mejor establecidas..."

Otro trabajo interesante que he encontrado es "Evidence from prospective cohort studies did not support the introduction of dietary fat guidelines in 1977 and 1983: a systematic review" (2016). Se trata de una revisión sistemática en la que ha participado la conocida nutricionista lowcarber Zoe Harcombe y que ha analizado la evidencia existente respecto a las grasas al redactar las primeras directrices dietéticas en EEUU y UK, en los años 1977 y 1983.

Tras revisar los resultados de los seis estudios epidemiológicos identificados, que por lo visto eran los que estaban disponibles por aquel entonces sobre al relación entre  enfermedad cardiovascular y consumo de grasas, sus conclusiones han sido las siguientes:

"Las recomendaciones dietéticas para 220 millones de estadounidenses y 56 millones de ciudadanos del Reino Unido carecían de evidencia en base a estudios de cohorte prospectivo o ensayos aleatorios. La investigación existente era exclusiva en hombres, por lo que carecía de criterios para la generalización a la población."

Conviene mencionar que unos meses antes Harcombe y otros autores publicaron otra revisión sistemática sobre el mismo tema, pero centrada en los ensayos de intervención (también seis identificados), titulada "Evidence from randomised controlled trials did not support the introduction of dietary fat guidelines in 1977 and 1983: a systematic review and meta-analysis" (2015). En ese caso sus conclusiones fueron similares:

"Tras las intervenciones dietéticas no hay diferencias en mortalidad global y las diferencias son no significativas en mortalidad por enfermedad coronaria. Las reducciones medias en los niveles de colesterol  fueron significativamente mayores en los grupos de intervención pero no dio lugar a diferencias significativas en la mortalidad. Las recomendaciones dietéticas respecto a las grasas no fueron comprobadas antes de difundirse. (...)  Las recomendaciones dietéticas introducidas para 220 millones de norteamericanos y 56 millones de británicos no estuvieron soportadas por ensayos de intervención."

Otra interesante publicación con la que me he topado es "Association of Specific Dietary Fats With Total and Cause-Specific Mortality" (2016). Se trata de la enésima publicación de los primeros espadas de Harvard (Willett, Hu y compañía) explotando los datos de dos largos y masivos estudios observacionales liderados por ellos,  "Nurses Health Study" (1980 a 2012) y "Health Professionals Follow-up Study" (1986 a 2012), que en total incluyen a unas 130.000 personas.

Podríamos sintetizar sus conclusiones con tres elementos incluidos en el estudio; el primero, este gráfico de la relación entre el aumento del consumo de diferentes tipo de grasas y el cambio de riesgo respecto a la mortalidad:


El segundo, estos gráficos representando el cambio en diversas causas de mortalidad en función del aumento de ciertos porcentajes de cada tipo de grasa, a costa de las grasas saturadas:


Y el tercero, el párrafo de conclusiones finales que los autores redactan al final del documento:

" Hemos encontrado que los diferentes tipos de grasas dietéticas tienen asociaciones divergentes
con la mortalidad global y por causas específicas. El reemplazo de las grasas saturadas por grasas insaturadas pueden conferir beneficios sustanciales para la salud y debe seguir siendo un mensaje clave en las recomendaciones dietéticas. Estos resultados también apoyan la eliminación de aceites vegetales parcialmente hidrogenados, la fuente principal de ácidos grasos trans."

Y finalizo este pequeño repaso a investigaciones recientes sobre grasas dietéticas con un par de trabajos relacionados con la dieta mediterránea.

El primero es un metaanálisis, Effects on Health Outcomes of a Mediterranean Diet With No Restriction on Fat Intake: A Systematic Review and Meta-analysis (2016). Sus autores analizaron la relación entre una dieta mediterránea sin restricción de grasas y diversos indicadores de salud. Y se toparon con que las pruebas eran bastante limitadas y heterogéneas, llegando a las siguientes conclusiones:

"Dos ensayos de prevención primaria no encontraron diferencias en las causas de mortalidad global. Un ensayo amplio de prevención primaria encontró que una dieta mediterránea se tradujo en una menor incidencia de eventos cardiovasculares, cáncer de mama y diabetes. El análisis segmentado de los estudios de cohorte de prevención primaria mostró que en comparación con el quintil más bajo, el quintil más alto de la adhesión a una dieta mediterránea se asoció con una reducción en la mortalidad total por cáncer y menor incidencia de cáncer total y colorrectal. De los tres estudios de prevención secundaria que informaron los resultados cardiovasculares, uno encontró un menor riesgo de infarto de miocardio recurrente y menor riesgo de muerte cardiovascular con la dieta mediterránea. Respecto a  la adhesión, hipertensión, función cognitiva, enfermedad renal, artritis reumatoide y calidad de vida, los resultados fueron inconsistentes, mínimos o no significativos. (...) 

Hay cierta evidencia limitada que sugiere que una dieta mediterránea sin restricción de grasas puede reducir la incidencia de eventos cardiovasculares, cáncer de mama, y ​​diabetes tipo 2, pero no  el riesgo global de mortalidad."

Y el segundo es un estudio español, basado en la investigación PREDIMED, "Effect of a high-fat Mediterranean diet on bodyweight and waist circumference: a prespecified secondary outcomes analysis of the PREDIMED randomised controlled trial" (2016). Como recordarán, PREDIMED es un ensayo de intervención español de casi cinco años de duración en el que se han comparado dos tipos de dieta mediterránea (rica en nueces o rica en aceite de oliva) respecto a una dieta baja en grasas y restringida en calorías. En este trabajo en concreto los investigadores han extraído los datos relacionados con el peso corporal, llegando a las siguientes conclusiones:

"Una intervención basada en una dieta mediterránea sin restricción en calorías y alta en vegetales y grasas se asoció con una disminución del peso corporal y de la adiposidad central al compararla con una dieta de control. Estos resultados respaldarían el consejo de no restringir la ingesta de grasas saludables para mantener el peso corporal".

Pues esto es todo por mi parte. Si ustedes han identificado alguna otra investigación interesante sobre las grasas dietéticas durante los últimos meses, les animo a mencionarla en los comentarios.

12 comentarios:

  1. Hola http://raypeat.com/articles/articles/fats-functions-malfunctions.shtml
    Esto te puede interesar ;)

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  2. Hola, después de leer tu primer libro sobre adelgazamiento, y habiendo buscado por aquí, no me queda muy claro el efecto de la sal en las dietas, en cuanto a si engorda o no. Por lo que veo, abordas más bien la relación (no del todo clara) entre la sal y la hipertensión. Quería preguntarte si hay alguna recomendación clara, o correlación, sobre si reducir poco, mucho, o drásticamente la ingesta de sal para una dieta más eficaz en cuanto a pérdida de peso. Y por la misma razón, ¿sería perjudicial un consumo alto? Enhorabuena por el blog, los libros, y todo esto en general, a donde he llegado por recomendación de una amiga.

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    1. Hola Rodrigo.
      Puedes leer sobre la sal en estos posts:
      https://loquedicelacienciaparadelgazar.blogspot.com.es/search/label/Sal?m=0
      Respecto a su relación con el peso, no hay evidencia suficientemente, concluyente.
      Un saludo.

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  3. Muy buenas! Lo primero agradecerte la labor de divulgación que haces desde tu blog. Gran trabajo! Lo del tema de los estudios y la grasa raya el cachondeo. Me explico, hay información que se contradice continuamente. Te dejo un estudio que dice que sustituir las grasas saturadas por poliinsaturadas incrementa la mortalidad total:

    http://www.bmj.com/content/346/bmj.e8707

    Justo hace unos días escribí un artículo hablando sobre si realmente está de vuelta la mantequilla, hablando un poco de lo que decían los de Harvard sobre el estudio que has nombrado al respecto. Pues justo esa misma semana publican otro que contradice al primero. Es de locos... Así, ¿cómo narices va a tener la gente las cosas claras?

    Te dejo el artículo por si le quieres echar un ojo, cualquier crítica será bienvenida:

    http://migymencasa.com/esta-realmente-la-mantequilla-vuelta/

    Por cierto, tienes alguna opinión clara al respecto?

    Gracias!

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    1. Gracias por tus amables comentarios.

      Escribí sobre ese estudio que comentas, aún más actualizado, en este post:
      http://loquedicelacienciaparadelgazar.blogspot.com.es/2016/04/otro-estudio-recuperado-no-llega.html

      Que conste que en ese trabajo se habla de una intervención muy específica, la sustitución radical de grasas saturadas por un tipo de ácidos grasos poliinsaturados, el ácido linoleico (omega-6).

      Hice hace un tiempo una revisión sobre el tema que sigue bastante vigente:
      http://loquedicelacienciaparadelgazar.blogspot.com.es/search?q=todo+sobre+las+grasas+saturadas+sfa&max-results=20&by-date=true

      Respecto a mi opinión, creo que tampoco importa demasiado. Y tampoco es demasiado concluyente. Resumiendo, creo que en nutrición el tema de las grasas saturadas vs poliinsaturadas es mucho menos relevante que otros.

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  4. Bravo, en serio, me he leído tus recomendaciones en cuanto a las grasas y me ha encantado. A ver si saco un buen rato y puedo echarle una ojeada (o mejor un estudio :-)) a toda la serie completa.
    Respecto a los de Harvard... No sé por qué esas opiniones y esos artículo que sólo parece que quieren confundir y no desterrar viejos dogmas. Me parece alucinante que un señor desde un blog como hobby haga mejores recomendaciones (a mi juicio y viendo los estudios) que una de las mejores universidades del planeta.

    En fin, mucho ánimo y enhorabuena por la labor que haces!!

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  5. http://archinte.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=2530902

    ¿qué opinas?

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  6. El primer metaanálisis de dieta mediterranea parece que los estudios dicen que reduce la mortalidad y enfermedades que suelen ser mortales pero después deduce que no hay evidencia de riesgo global de mortalidad ¿no se contradice?. Sobre el segundo queda la duda de si distintos tipos de grasas engordarían igual ¿Por ejemplo es posible que la grasa del aceite de oliva o frutos secos engorden menos que otras grasas? ¿Quiere decir que es posible que distintos tipos de grasas engorden distinto, y que una caloría de aceite de oliva por ejemplo no engorde igual que una de grasa de carne o es por el alimento en sí mismo que lo contiene? Aunque sobre esto hay que decir que el aceite de oliva se toma tal cual y en un fruto seco con el resto del alimento. Parece todo muy confuso

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    1. No solo lo parece, es que lo es. Complejo y confuso. Una lectura interesante sobre el tema:
      http://www.aecomunicacioncientifica.org/lo-que-todos-los-periodistas-deberian-saber-sobre-ciencia/

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  7. sobre el anterior comentario puede que todas las grasas independientemente de su origen engorden igual sólo que esos alimentos desplacen otros que todavía engordan más o sacien menos

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  8. Luis ¿y sobre la polémica de que es más sano si la mantequilla o la margarina que opinas?. Interesante el debate que se abre entre el siguiente autor del blog gominolasdepetroleo y un comentarista http://www.gominolasdepetroleo.com/2013/08/mantequilla-vs-margarina-ii-cual-es-mas.html
    ¿Y sobre el aceite de palma tan denostado y ahora en duda? ¿si en el etiquetado pone aceite de palma a secas sin especificar hidrogenado o parcialmente hidrogenado hemos de pensar que es bueno? http://www.dieteticasinpatrocinadores.org/2015/09/grasas-saturadas-otra-perspectiva-parte-i/ ¿y que pasa con el aceite de girasol alto oleico?
    Por cierto tu amigo Aitor Sanchez opina que el Jamón de bellota no es igual que el resto de embutidos, ya que aunque los procesos que lo relacionan con el cancer según la OMS son los mismos que el resto de embutidos, su composición nutricional y grasa no es los mismo, sería una carne procesada menos mala o un poco menos mala que otras. En esto de la composición nutricional hay embutidos peores que otros llenos de fécula y azúcar.
    Y de paso aprovecho para recomendarte el siguiente audio de Aitor sobre la miel CRUDA que no es igual que el azúcar como la habitual del super https://www.ivoox.com/programa-47-propiedades-miel-audios-mp3_rf_10058073_1.html
    Saludos

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