Dormir poco y de forma irregular se ha asociado en numerosas ocasiones al sobrepeso, pero casi siempre a través de estudios observacionales, como por ejemplo en las siguientes revisiones sistemáticas:
Ciertamente, también se han publicado estudios de intervención analizando los posibles efectos del sueño en el peso corporal, como se cuenta en estas otras revisiones:
Como ya he contado
en post anteriores, este otro tipo de investigaciones también sugiere que la escasez de sueño es un factor de riesgo para el sobrepeso y que alargar su duración podría influir favorablemente en este sentido,. Pero lo cierto es que los resultados son menos claros y la evidencia no es demasiado abundante. Por ello, es de agradecer la publicación de más ensayos rigurosos sobre este tema, para saber si es necesario consolidar al sueño como una de las variables clave a la hora de prevenir y tratar la obesidad.
Como el ensayo que hemos conocido esta semana en JAMA,
Effect of Sleep Extension on Objectively Assessed Energy Intake Among Adults With Overweight in Real-life Settings (2022). Se trata de una investigación realizada por expertos norteamericanos involucrando a 80 personas de 20 a 40 años, con cierto sobrepeso (sin llegar a obesidad) y que dormían más bien poco (menos de 6,5 horas diarias). Los investigadores dividieron a los participantes en dos grupos y tras dos semanas de vigilancia sin cambios, a los participantes del grupo de intervención se les dio apoyo y consejos para intentar alargar su tiempo de sueño hasta las 8,5 horas diarias. Este periodo también duró dos semanas y los participantes de ambos grupos fueron controlados mediante pulseras digitales, para así disponer datos objetivos sobre su actividad y su tiempo de sueño. Además se midió su gasto energético total mediante el
método de agua doblemente marcada, también en reposo por
calorimetría indirecta, así como el
efecto termogénico de la comida.
Tras finalizar el ensayo y realizar los análisis y cálculos pertinentes, los investigadores han representado los resultados de todos los participantes en unos clarificadores gráficos que pueden ver a continuación (en naranja el grupo de control y en azul el grupo de intervención, pinchar para agrandar).
En primer lugar sobre los cambios en la duración del sueño:
Como se puede observar, las personas del grupo de control (gráfico A) mantuvieron su tiempo medio de sueño cercano a las 6 horas diarias, mientras que las del grupo de intervención (gráfico B) lo aumentaron aproximadamente en algo más de una hora, por encima de las 7 horas diarias.
Y en segundo lugar podemos ver los cambios en la energía ingerida:
Se aprecia cómo en el grupo de control (naranja) aproximadamente la mitad de las personas aumentó ligeramente el tiempo de sueño y la otra mitad lo redujo (gráfico C); y la mayoría aumentó su ingesta energética (gráfico D). Sin embargo, en el grupo de intervención (azul) la gran mayoría aumentó su tiempo de sueño (gráfico D) y también redujo su ingesta energética (gráficos B).
La publicación incluye el siguiente gráfico como resumen final, con los cambios en la ingesta de energía de ambos grupos (control a la izquierda e intervención a la derecha):
Los autores resumen así sus conclusiones:
"(...) los participantes en el grupo de intervención tuvieron una reducción de peso estadísticamente significativa en comparación con los del grupo de control (−0,87 kg). En el grupo de control hubo un aumento de peso respecto al peso inicial (0,39 kg) y en el de intervención una reducción (-0.48 kg).
(...) alargar el tiempo de sueño de personas con sobrepeso y sueño corto redujo la ingesta de energía y resultó en un balance energético negativo (ingesta de energía menor que gasto) en un entorno real. Hasta donde sabemos, este estudio proporciona la primera evidencia de los efectos beneficiosos de alargar el sueño sobre la ingesta de energía y el peso corporal, evaluados objetivamente en participantes que continuaron viviendo en su entorno familiar. (...) "
Un estudio y unos resultados realmente interesantes, que deberán confirmarse en otros ensayos, mejor si son de mayor duración.
Y a los más interesados les recomiendo, como siempre, consultar
el estudio original, que afortunadamente es de libre acceso.
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