Hace tan solo unas semanas se publicó un interesante estudio sobre este tema, en concreto en el caso de hortalizas y frutas. Se trata de "Selected nutrient analyses of fresh, fresh-stored, and frozen fruits and vegetables" (2017), un trabajo en el que los investigadores analizaron los cambios en vitamina C (ácido ascórbico), provitamina A (beta caroteno) y folato que se produjeron en diversos vegetales y frutas (Brócoli, coliflor, maíz, judías verdes, guisantes, espinacas, arándanos y fresas), en tres situaciones diferentes:
- Comprándolos frescos en el supermercado,
- Comprándolos frescos y dejándolos cinco días en la nevera
- Comprándolos congelados
Como pueden observar, en algunos casos hay diferencias llamativas. Y estas fueron las conclusiones de los autores:
"En nuestra comparación de los niveles de ácido ascórbico, trans-beta caroteno y folato en las frutas y hortalizas frescas, refrigeradas y congeladas, encontramos que en la mayoría de los casos no había diferencias significativas. En los casos con diferencias significativas, se encontró asociación entre el almacenamiento refrigerado durante 5 días y una reducción de nutrientes. Alineado con esta asociación negativa, se encontró que las muestras de los productos congelados tenían contenidos de nutrientes significativamente más altos que los refrigerados, con más frecuencia que al contrario. En general, nuestros hallazgos sugieren que el tiempo que un consumidor almacena sus productos frescos antes del consumo es un factor importante para determinar el valor nutricional comparativo (...). Al considerar un período de almacenamiento similar al empleado por los consumidores, nuestros hallazgos no apoyan la percepción común de que los productos frescos son nutricionalmente superiores a los productos congelados."
En resumen, este estudio nos confirma que la congelación en uno de esos procesos de transformación de alimentos que puede ser muy útil para disponer con más facilidad de comida saludable, en este caso los vegetales y frutas.
Por otro lado también nos muestra algo interesante, que cuanto más tiempo tardemos en comer los vegetales y frutas, aunque estén refrigerados en la nevera, más nutrientes pierden. Una razón más para acostumbrarnos a ir a comprarlos con cierta frecuencia, aunque sin obsesionarnos demasiado con el tema, ya que las variaciones de nutrientes también son amplias en función de otros factores, como por ejemplo la época del año y el lugar en el que se haya realizado la recolección.
Y, de cualquier forma, recuerde que es infinitamente mejor comer vegetales con un poco menos de nutrientes que no comerlos.
por qué hay dos columnas de números al principio y al final de cada gráfico? gracias.
ResponderEliminarPorque en algunos casos los valores son muy diferentes y hay que utilizar diferentes escalas. Aquí se explica un ejemplo:
Eliminarhttp://trucosycursos.es/grafico-con-eje-secundario-en-excel/
Y no siempre lo que nos venden es fresco. He leído artículos donde se evidenciaba como la verdura, brócoli y judías verdes por ejemplo, comprada en la frutería tenía menos nutrientes que la comprada directamente congelada. Otra cosa es el sabor, la testura...la congelación no es muy delicada con los alimentos, pero los conserva estupendamente.
ResponderEliminarA mi lo que más me llama la atención es que el comportamiento es dependiente del producto en el congelado. En el caso del brócoli, por ejemplo, todos los nutrientes bajan en el congelado respecto al producto fresco. Sin embargo, en el maíz, suben. Da la sensación de que el maíz, una vez recolectado, es sumamente sensible al ambiente, y la mejor forma de conservarlo es congelándolo de forma inmediata.
ResponderEliminarLo que me lleva a la conclusión tuya, el mensaje obviamente importante es: come más vegetales, todos los que quieras, de la forma que quieras. Si nos ponemos a hilar fino, que es algo que en principio es sólo de interés para profesionales, podemos confundirnos más que otra cosa.
Muy interesante, como siempre.
Javi
Hola, Luis, ¿conoces este artículo? http://magazine.ar.fchampalimaud.org/bugs-for-thought-gut-bacteria-tell-the-brain-what-animals-should-eat/
ResponderEliminarNo domino el inglés y me cuesta un poco comprenderlo pero, ¿tú crees que es cierto que las bacterias le dicen al cerebro lo que debe comer?
Las bacterias del intestino participan e influyen en muchos procesos metabólicos y existe un "diálogo" continuo intestino-cerebro, pero para demostrar algo como lo que dice el titular todavía tienen que hacer muchos, muchos experimentos.
EliminarEste artículo es bastante aclarador:
Eliminarhttps://culturacientifica.com/2016/12/09/intestino-no-segundo-cerebro/
Muchas gracias, Centinel, lo leeré.
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