En esta ocasión les traigo un par de revisiones sistemáticas, publicadas ambas hace pocos días.
La primera de ellas es una revisión sistemática de estudios observacionales, titulada "Association of Types of Dietary Fats and All-Cause and Cause-Specific Mortality: A Prospective Cohort Study and Meta-Analysis of Prospective Studies With 1,148,117 Participants" (2020). Es una investigación que tiene bastante relevancia mediática, ya que viene firmada por representantes del International Lipid Expert Panel (ILEP) & Lipid and Blood Pressure Meta-analysis Collaboration (LBPMC) Group.
Sus autores analizaron la relación entre la mortalidad y la ingesta de muy diversos tipos de grasa, en primer lugar en base a NHANES (los datos epidemiológicos de referencia en EEUU), y después sumando los datos de otros 28 estudios observacionales, acumulando así la información de más de un millón de personas, con los que se hizo un metaanálisis.
Pues bien, tras el análisis de todo ello, estas son las conclusiones a las que llegaron para cada tipo de grasa:
Grasa total:
"Encontramos una asociación inversa y significativa entre el consumo de grasas total y la mortalidad por todas las causas (...). No se observó asociación significativa entre la grasa total y la mortalidad por enfermedad cardiovascular y cardíaca."
Grasa saturada:
"Observamos una asociación no significativa entre los ácidos grasos saturados y la mortalidad por todas las causas (...); también hubo asociación no significativa entre la ingesta de ácidos grasos saturados y la mortalidad por enfermedad cardiovascular (...). Encontramos una asociación significativa con la mortalidad enfermedad cardíaca (...). No se observó asociación significativa entre los ácidos grasos saturados y la mortalidad por accidente cerebrovascular."
Ácidos grasos monoinsaturados:
"Hubo una asociación inversa entre el consumo de ácidos grasos monoinsaturados y el riesgo de mortalidad por todas las causas (...), una asociación inversa, aunque no significativa, entre la ingesta de ácidos grasos monoinsaturados y la mortalidad por enfermedad cardiovascular (...) y mortalidad por cardiopatía coronaria (...). Se detectó una asociación inversa y significativa entre la ingesta de ácidos grasos monoinsaturados y la mortalidad por accidente cerebrovascular."
Ácidos grasos poliinsaturados:
"Hubo una relación inversa entre el consumo de ácidos grasos poliinsaturados y el riesgo de mortalidad por todas las causas (...) , aunque no se observó una asociación significativa entre su ingesta y la mortalidad por enfermedad cardiovascular o enfermedad cardíaca (...). Hubo un efecto significativo inverso del consumo de ácidos grasos poliinsaturados en el riesgo de mortalidad por accidente cerebrovascular."
En resumen, la mayoría de las relaciones fueron consideradas no significativas, siendo significativas las siguientes:
- Grasa total: Inversa (más grasas, menos riesgo) con mortalidad global.
- Grasa saturada: Más grasa saturada asociada a mayor mortalidad cardíaca.
- Grasa monoinsaturada: Inversa con mortalidad global y mortalidad por accidente cerebrovascular.
- Grasa poliinsaturada: Inversa con mortalidad global y mortalidad por accidente cerebrovascular
En su exhaustiva revisión de casi 300 páginas relatan cómo tras la labor de búsqueda, identificación y filtrado de ensayos, se quedaron con 15 de ellos, cuyos resultados les llevaron a las siguientes conclusiones:
"Los ensayos a largo plazo incluidos sugirieron que la reducción de grasas saturadas en la dieta redujo el riesgo de eventos cardiovasculares combinados en un 21% (...). La meta-regresión sugirió que mayores reducciones en las grasas saturadas (reflejadas en mayores reducciones en el colesterol sérico) dieron como resultado mayores reducciones en el riesgo de eventos cardiovasculares, lo que explica la mayor heterogeneidad entre los ensayos. El número necesario para lograr un resultado beneficioso (NNTB) fue de 56 en los ensayos de prevención primaria, por lo que 56 personas deben reducir su consumo de grasas saturadas durante unos cuatro años para que una de ellas evite experimentar un evento de enfermedad cardiovascular. En los ensayos de prevención secundaria, el NNTB fue de 53. El análisis por subgrupos no sugirió diferencias significativas al reemplazar grasas saturadas por poliinsaturadas o carbohidratos, y los datos sobre el reemplazo por proteínas o grasas monoinsaturadas fueron muy limitados.
Encontramos poco o ningún efecto de reducir la grasa saturada en la mortalidad por todas las causas (...) o mortalidad cardiovascular (...), ambos con evidencia de calidad moderada. Hubo poco o ningún efecto en el infarto de miocardio no mortal (...) o la mortalidad por cardiopatía coronaria (...), y los efectos en el infarto de miocardio total (fatal o no fatal), los eventos de accidente cerebrovascular y enfermedad cardiaca (fatales o no fatales) no fueron claros ya que la evidencia era de muy baja calidad. Hubo poco o ningún effecto sobre mortalidad por cáncer, diagnóstico de cáncer, diagnóstico de diabetes, colesterol HDL, triglicéridos séricos o presión sanguínea, y pequeñas reducciones de peso, colesterol total en suero, colesterol LDL e IMC. No hubo evidencia de efectos nocivos de reducir la ingesta de grasas saturadas."
Dicho de forma un poco más sencilla, una ingesta menor de grasa saturada dio lugar a una reducción del número de eventos cardiovasculares, pero no tuvo ningún otro efecto significativo, ni en la mortalidad global ni en la mortalidad por enfermedad cardiovascular. Y tampoco en cada una del resto de las enfermedades estudiadas . El número NNTB además nos da una información especialmente interesante, ya que permite cuantificar el efecto clínico de esta reducción de la ingesta de grasa saturada: en prevención primaria (personas sin enfermedad previa) una de cada 56 personas se beneficiarían de la reducción de riesgo de eventos cardiovasculares y en prevención secundaría (personas con patología diagnosticada) una de cada 53.
Otro nuevo metanálisis de estudios observacionales analiza la relación entre la ingesta de diferentes tipos de grasa dietética y el riesgo de diabetes tipo 2. Se trata de "Intake of dietary fats and fatty acids and the incidence of type 2 diabetes: A systematic review and dose-response meta-analysis of prospective observational studies" (2020) y sus autores concluyen que la relación es nula o muy débil. A la hora de analizar la posible influencia diferentes tipos de grasa, podrían destacar un par de resultados que parecen hasta contradictorios. Una mayor ingesta tanto de grasa de origen vegetal como de grasa saturada se asoció a menor riesgo:
Si quieren leer más respecto a los estudios publicados sobre las grasas saturadas, pueden consultar esta recopilación que hice sintetizando los resultados de todas las revisiones sistemáticas de ensayos. Y si desean leer más sobre la grasas dietéticas, tanto en general como de diversos tipos, les animo a repasar la gran cantidad de artículos publicados en el blog sobre esa temática, disponibles aquí.
De cualquier forma, sigo pensando que este tipo de revisiones no tienen demasiada utilidad para la vida real. Las personas comemos alimentos, no nutrientes, por lo que es mucho más lógico dar recomendaciones basadas en alimentos, como expliqué con detalle en este post.
De cualquier forma, sigo pensando que este tipo de revisiones no tienen demasiada utilidad para la vida real. Las personas comemos alimentos, no nutrientes, por lo que es mucho más lógico dar recomendaciones basadas en alimentos, como expliqué con detalle en este post.
Hola
ResponderEliminarEntiendo que lo que importa son los alimentos y no fijarse en los nutrientes, pero respecto a las grasas se desaconseja porque aumentan el colesterol y los trigliceridos, ahora en que quedo eso aun es importante fijarse en el Hdl y ldl? y los trigliceridos como indicador de salud cardiovascular?
Muchas gracias por su artículo.
ResponderEliminarMi duda es si la investigación señala como reducción de grasas saturadas a todas, tanto las que vienen de manera natural en los alimentos (por ejemplo en el aguacate) o sobre aquellas añadidas en alimentos ultraprocesados.
Lógicamente si hay un exceso de las segundas es normal que tengan un efecto negativo, y por el contrario positivo si las reducimos o eliminamos...
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0735109720356874
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