Como cuento en "Lo que dice la ciencia para adelgazar", en la mayoría de las directrices dietéticas se suele recomendar la sustitución de ácidos grasos saturados por poliinsaturados, especialmente por ácidos grasos omega-3, sobre todo para aumentar la posibilidad de prevenir enfermedades cardiovasculares. Como conté en esta serie de posts, ha habido diversas revisiones y metaanálisis que han ido orientando las opiniones en este sentido. Sin embargo, también es cierto que cuando se recopilan todas las revisiones sistemáticas realizadas hasta la fecha sobre las grasas saturadas, como hice en este otro post, los resultados no acaban de ser demasiado concluyentes. Y es fácil que se nos generen bastantes dudas.
Como ya saben los habituales de este blog, en el ámbito de la salud las revisiones realizadas por la iniciativa Cochrane se consideran una referencia, ya que suelen ser exigentes, rigurosas y muy sistemáticas. Así que el hecho de que hayan publicado simultáneamente tres revisiones sistemáticas sobre las grasas poliinsaturadas y su relación con la salud cardiovascular es especialmente interesante. Tres revisiones que analizan los posibles efectos de las grasas poliinsaturadas en general y la de las grasas omega-3 y omega-6 en particular.
Estos son los tres trabajos:
- "Polyunsaturated fatty acids for the primary and secondary prevention of cardiovascular disease" (2018)
- "Omega-3 fatty acids for the primary and secondary prevention of cardiovascular disease" (2018)
- "Omega-6 fats for the primary and secondary prevention of cardiovascular disease" (2018)
¿Y qué dicen estas tres revisiones? ¿Aclaran el panorama?
Para quienes prefieren centrarse en las ideas finales muy resumidas, estas son las conclusiones que aparecen en el abstract de cada una de ellas:
Ácidos grasos poliinsaturados
"El aumento de la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) probablemente reduce ligeramente el riesgo de enfermedad coronaria y eventos cardiovasculares, puede reducir levemente el riesgo de mortalidad por enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular (aunque no elimina daños), pero tiene poco o ningún efecto sobre la mortalidad por cualquier causa o por enfermedad cardiovascular. El mecanismo puede ser a través de la reducción de lípidos, aunque aumentar el PUFA probablemente aumente ligeramente el peso."
Omega-3
"Hay evidencia moderada y de alta calidad que sugiere que el aumento de EPA y DHA tiene poco o ningún efecto sobre la mortalidad o la salud cardiovascular (evidencia principalmente de ensayos con suplementos). Las conclusiones previas de los beneficios de los suplementos de EPA y DHA parecen surgir de los ensayos con mayor riesgo de sesgo. Hay evidencia de baja calidad que sugiere que el ALA puede reducir levemente el riesgo de eventos cardiovasculares, la mortalidad por cardiopatía coronaria y la arritmia."
Omega-6
"No se encontraron pruebas de que el aumento de las grasas omega-6 reduzca los resultados cardiovasculares, aparte del infarto de miocardio, donde 53 personas pueden necesitar aumentar la ingesta de grasas omega-6 para evitar que una persona experimente infarto de miocardio. Aunque los beneficios de las grasas omega-6 aún no se han demostrado, el aumento de las grasas omega-6 puede ser beneficioso para las personas con alto riesgo de infarto de miocardio. El aumento de las grasas omega-6 reduce el colesterol sérico total, pero no otras fracciones de grasa sanguínea o adiposidad."
Tras estos "superresúmenes", para quienes prefieren conocer algún detalle más, a continuación he traducido los apartados titulados como "Implicaciones prácticas" de cada una de las revisiones:
Ácidos grasos poliinsaturados
"El aumento de la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) probablemente no produzca ninguna diferencia (ni beneficio ni daño) en la mortalidad total y probablemente reduzca levemente el riesgo de eventos de enfermedad coronaria y eventos de enfermedad cardiovascular (pruebas de calidad moderada). El aumento en la ingesta de PUFA puede reducir levemente el riesgo de mortalidad por enfermedad coronaria y por accidente cerebrovascular (aunque para el accidente cerebrovascular los intervalos de confianza incluyen daño importante), pero puede tener poco o ningún efecto sobre la mortalidad por enfermedad cardiovascular (pruebas de baja calidad).
El aumento de PUFA reduce el colesterol total, probablemente reduce los triglicéridos, probablemente tenga poco o ningún efecto sobre las lipoproteínas de alta densidad (HDL) o las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y probablemente aumente el peso corporal.
Esto sugiere que el aumento de la ingesta de PUFA puede tener efectos beneficiosos sobre el riesgo de eventos de enfermedad cardiovascular, mortalidad por enfermedad coronaria, eventos de enfermedad cardíaca coronaria y accidente cerebrovascular. El mecanismo puede ser a través de la reducción del colesterol total y triglicéridos. Sin embargo, el aumento de PUFA probablemente conducirá a un ligero aumento del peso corporal."
Omega-3
"Encontramos evidencia de alta calidad de que los ácidos grasos omega-3 de cadena larga no tienen efectos positivos o negativos importantes en la mortalidad o eventos de enfermedad cardiovascular y evidencia de calidad moderada de que tienen poco o ningún efecto en otros ámbitos de la salud cardiovascular en prevención primaria o secundaria . La mayoría de las pruebas sobre las grasas omega-3 de cadena larga provienen de ensayos de suplementos de aceite de pescado o mezclas de EPA / DHA. Si bien no observamos diferencias importantes entre los ensayos de suplementos y los ensayos de pescado azul, hubo pocos ensayos con pescado azul.
Encontramos evidencia de calidad moderada de que aumentar el ALA probablemente reduce levemente el riesgo de mortalidad por cardiopatía coronaria y arritmia, y puede reducir levemente el riesgo de eventos de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, es probable que haya poco o ningún efecto sobre la mortalidad por cualquier causa, mortalidad cardiovascular o eventos de enfermedad coronaria (evidencia de baja y moderada calidad). Los efectos del ALA fueron muy pequeños: 143 personas necesitarían aumentar su ingesta de ALA para evitar que una persona desarrolle arritmia, y 1000 necesitarían ingerir más ALA para evitar que una persona experimente un evento de enfermedad cardiovascular o fallezca por enfermedad cardíaca. En los ensayos sobre ALA se dieron alimentos ricos o enriquecidos con ALA, como nueces o margarina enriquecida. Las grasas omega-3 suplementarias de cadena larga probablemente no sean útiles para prevenir o tratar enfermedades cardiovasculares, aunque las grasas omega-3 de cadena larga pueden ayudar a reducir los triglicéridos en sangre y elevar un poco el colesterol HDL. El pescado y el marisco son ricos en nutrientes (como vitamina D, calcio, yodo y selenio), por lo que son alimentos útiles incluso sin beneficios cardiovasculares. A la luz de la evidencia en esta revisión, sería apropiado revisar las recomendaciones oficiales que respaldan la ingesta suplementaria de ácidos grasos de cadena larga omega-3.
El ALA es un ácido graso esencial, una parte importante de una dieta mixta, y el aumento de la ingesta puede ser levemente beneficioso para la prevención o el tratamiento de enfermedades cardiovasculares."
Omega-6
"Hemos encontrado que aumentar los ácidos grasos omega-6 podría reducir el riesgo de infarto de miocardio (evidencia de baja calidad), aunque 53 personas necesitarían aumentar la cantidad de grasa omega-6 en su dieta para evitar que una persona tenga un infarto de miocardio. El aumento de las grasas omega-6 puede tener poca o ninguna diferencia en la mortalidad global o eventos de enfermedad cardiovascular (evidencia de baja calidad), y no estamos seguros de los efectos sobre la mortalidad por enfermedad cardiovascular, enfermedad coronaria, eventos cardíacos y cerebrovasculares adversos mayores y accidente cerebrovascular (evidencia de muy baja calidad) .
En general, la evidencia está limitada por el bajo número de eventos (los datos son imprecisos) y el riesgo de sesgo de los estudios incluidos. El aumento de las grasas omega-6 reduce el colesterol sérico total a largo plazo, por lo que aumentar las grasas omega-6 a expensas de las grasas saturadas o monoinsaturadas ayudará a reducir el colesterol sérico (evidencia de alta calidad).
A pesar de sus limitaciones, la evidencia débil que recopilamos en esta revisión parece sugerir que las grasas omega-6 no son dañinas. No hay evidencia para aumentar las grasas omega-6 para reducir los resultados cardiovasculares distintos al infarto de miocardio. Aunque el beneficio potencial de las grasas omega-6 en la reducción del infarto de miocardio aún no se ha demostrado, el aumento de las grasas omega-6 puede ser beneficioso en pacientes con alto riesgo de infarto de miocardio."
¿Qué les parece? Los resultados no son para echar cohetes y desde luego no dan ganas de ir a comprar suplementos. De cualquier forma habrá que leerlos detenidamente y profundizar en los detalles y matices, ya que ya que hay mucho trabajo detrás. En sus cientos de páginas incluyen mucha información complementaria, referencias sobre todos los ensayos incluidos y resultados para cada una de las enfermedades y end-points.
Por otro lado, personalmente creo que estos resultados vulven a poner en tela de juicio el nutricionismo, un enfoque que explico con detalle en "La guerra contra el sobrepeso" y mediante el que se deducen recomendaciones dietéticas en base a nutrientes individuales, en lugar de en base a alimentos completos o patrones dietéticos. Una filosofía que pudo tener su valor en el pasado, en épocas de escasez, pero que no es eficaz en la actualidad, en entornos con sobredisponibilidad de alimentos.
MUY interesante
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