Este mes que acaba, además de traernos el final del verano, ha sido generoso en metaanálisis y revisiones sistemáticas sobre alimentación. Las revistas científicas especializadas, siguiendo sus ritmos habituales, han publicado unas cuantas y entre todas ellas me he topado con tres que me han parecido especialmente interesantes por centrarse en alimentos muy habituales y relacionados con nuestra dieta diaria. Y que además son de libre acceso.
La primera de ellas es un metaanálisis sobre la leche, "Milk Consumption and Mortality from All Causes, Cardiovascular Disease, and Cancer: A Systematic Review and Meta-Analysis" (2015). Como este alimento últimamente polariza bastante las opiniones de la gente, creando dos bandos claros - los muy defensores y los muy enemigos - supongo que los autores pretendían aclarar un poco el panorama analizando su consumo y su relación con la salud, en concreto la mortalidad global, la enfermedad cardiovascular y la mortalidad por cáncer. Para ello seleccionaron 13 estudios observacionales realizados entre 1997 y 2015 y con duraciones de entre 4 y 25 años y que implicaron a más de 300.000 personas.
Y las conclusiones de los autores ha sido estas:
"No se observó ninguna asociación consistente entre el consumo de leche no fermentada o fermentada y la mortalidad."
Leyendo el artículo con más detalles se entienden las razones de estas palabras tan poco concluyentes: la heterogeneidad de los estudios y de los resultados es tan elevada que no se puede hacer un cálculo fiable de las diferencias de riesgo identificadas.
Los gráficos que se incluyen sobre la respuesta a la dosis del consumo de leche y el riesgo, recopilados de los diferentes estudio analizados, ilustran perfectamente esta situación. Lo ideal sería que fueran parecidos, pero si se fijan en cada uno de ellos podrán apreciar la enorme diversidad de representaciones existentes:
Leche y mortalidad global:
Leche y enfermedad cardiovascular:
Leche y mortalidad por cáncer:
En definitiva, viendo estos resultados me parece que no hay evidencias que soporten las posiciones extremistas con la leche. Tanto los ultradefensores como los hiperenemigos no podrán apoyarse en este estudio, que no encuentra ni argumentos a favor ni en contra de su consumo respecto a las variables analizadas.
El segundo metaanálisis que les traigo es sobre uno de nuestros alimentos más conocidos internacionalmente, el aceite de oliva, que está muy de moda tras los titulares consecuencia del último estudio Predimed. Esta revisión se titula "Effects of Olive Oil on Markers of Inflammation and Endothelial Function—A Systematic Review and Meta-Analysis" (2015) y en este caso se ha centrado en ensayos de intervención (un enfoque siempre más interesante), de al menos cuatro semanas de duración y en los que se hubiera estudiado el efecto del aceite de oliva en diversos marcadores de inflamación y función endotelial.
Pues bien, las conclusiones finales de los autores han sido estas:
"La presente revisión sistemática proporciona cierta evidencia de que el aceite de oliva podría ejercer efectos beneficiosos sobre los marcadores de inflamación y la función endotelial. ya que se identifican mejoras en estos parámetros en las personas que se adhieren a una dieta mediterránea, el aceite de oliva podría ser un ingrediente clave de este patrón dietético que influya en estos efectos favorables."
También este trabajo incluye gráficos, incluso segmentados por tipo de intervención, ya que los ensayos tenían diferentes diseños:
Aceite de oliva y proteína C-reactiva (inflamación):
Aceite de oliva e irterleucina-6 (inflamación):
Aceite de oliva y dilatación mediada por flujo (función endotelial):
Como pueden observar, los resultados presentan pequeñas ventajas para los grupos en los que se consumía aceite de oliva.
Estos resultados positivos podrían sumarse a los de otro reciente metaanálisis de estudios observacionales publicado el año pasado (y liderado por el mismo investigador), "Monounsaturated fatty acids, olive oil and health status: a systematic review and meta-analysis of cohort studies" (2014). En este caso se identificó una reducción del riesgo de mortalidad, eventos cardiovasculares e ictus entre aquellas personas que consumían mayores cantidad de aceite de oliva.
Y la tercera revisión de la que les quiero hablar es sobre la relación entre la ingesta de vegetales y el peso corporal . Aunque en este caso no es un metaanálisis, la he considerado interesante por la dimensión y relevancia de los tres estudios observacionales incluidos, que implican a más de 130.000 personas durante 24 años, así como la visibilidad de sus autores, toda la "plana mayor" nutricionista de la Harvard Schoool of Public Health. El estudio es "Changes in Intake of Fruits and Vegetables and Weight Change in United States Men and Women Followed for Up to 24 Years: Analysis from Three Prospective Cohort Studies" (2015) y las conclusiones de los autores fueron las siguientes:
"El aumento del consumo de frutas y verduras sin almidón está asociado con una reducción de peso, con diferencias importantes por tipo, lo que sugiere que influyen otras características en la magnitud de su asociación."
Como estas conclusiones probablemente les parecerán muy genéricas, les incluyo algunos de los interesantes gráficos del estudio, en los que se muestran las asociaciones con alimentos concretos:
Tipos de frutas y relación con el peso (cuanto más a la izquierda, menor peso):
Vegetales específicos y relación con el peso (cuanto más a la izquierda, menor peso):
Vegetales específicos y relación con el peso (cuanto más a la derecha, mayor peso):
Si les interesa el tema, les recomiendo especialmente consultar el documento completo, ya que incluye más gráficos y análisis segmentados interesantes, analizando la influencia de la cantidad de fibra y la carga glucémica (que tampoco son demasiado significativas).
Nota: Mi agradecimiento a Carlos Casabona por el aviso de la publicación de esta revisión.
No me fio un pelo nada que tenga que ver con nada que sean productos españoles como el pan, la cerveza, el vino o el aceite... Todos los estudios estan trucados en españa para favorecer a las marcas...
ResponderEliminarBuen artículo! Con lo que más me quedo es que no hay evidencia para atribuir a la leche de posibles prejuicios o beneficios... Basta ya de radicalismos... Todos no somos iguales. Si te sienta bien la leche adelante, tómala, y si no pues no la tomes...
ResponderEliminarExactamente!!!!
EliminarInteresantes estudios sin duda, aunque creo conveniente aclarar que en los gráficos finales, los de frutas y verduras, queda mas claro (o así me lo parece) decir que cuanto mas a la izquierda es mayor el peso "perdido" asociado al consumo de la fruta/vegetal en cuestión y cuanto mas a la derecha (específicamente donde los valores del eje x se tornan positivos) es mayor la asociación del consumo del alimento con una cierta ganancia de peso.
ResponderEliminarGracias Nicolás. Es lo que he querido explicar con el texto que hay encima de cada gráfico.
EliminarGracias por el artículo!!!
ResponderEliminarEste blog es fantástico ^_^ felicidades!
ResponderEliminar¡Gracias!
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