1. Low-Carbohydrate-Diet Score and the Risk of Coronary Heart Disease in Women
Publicado en 2006 en NEJM, hizo seguimiento a más de 80.000 mujeres durante 20 años. Concluyó que las dietas bajas en carbohidratos y altas en proteínas y grasas no estaban asociadas a enfermedades cardiovasculares. Añadir que en el mismo estudio se relacionó la ingesta de alimentos de elevado índice glucémico (con carbohidratos de rápida absorción) con un aumento del 90% del riesgo de enfermedad cardiovascular.
2. Low-carbohydrate–high-protein diet and long-term survival in a general population cohort
Publicado en 2007 en European Journal of Clinical Nutrition, hizo seguimiento a más de 20.000 personas durante diez años. Observaron que el riesgo de mortalidad aumentaba un 70% en casos de dietas altas en carbohidratos. Destacar que en este estudio también se analizó una versión de la dieta mediterránea y se correlacionó con una reducción del riesgo.
3. Mediterranean and carbohydrate-restricted diets and mortality among elderly men: a cohort study in Sweden
Publicado en 2010 en American Journal of Clinical Nutrition, hizo seguimiento a cerca de 1000 hombres durante diez años. Concluyó que la mortalidad aumentaba un 19% en caso de dietas bajas en carbohidratos y el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular aumentaba un 44%.
4. Low carbohydrate-high protein diet and incidence of cardiovascular diseases in Swedish women: prospective cohort study. Publicado en 2012, haciendo seguimiento a 40.000 mujeres durante 15 años, encuentra un moderado aumento del riesgo para las dietas con menos carbohidratos (ver análisis en profundidad en este enlace)
5. Low-carbohydrate, high-protein score and mortality in a northern Swedish population-based cohort.
Publicado en 2012, en este caso, tras hacer los expertos análisis de unas 80.000 personas y comparando los resultados entre los que más carbohidratos comían y los que menos, no han identificado una diferencia significativa de riesgos en ninguno de estos aspectos: mortalidad, cáncer ni enfermedad cardiovascular.
En resumen, el primero y el último no encuentran relaciones desfavorables, los otros tres sí identifican un aumento del riesgo, no exagerado pero sí estadísticamente significativo. No parecen unos resultados definitivos, ni mucho menos. Además, como decía en el post anterior, para evaluar la importancia de estos valores es recomendable compararlos con los riesgos que se identifican en otros factores como el estrés, la obesidad o el sedentarismo.
Actualización:
En agosto de 2018 se publicó en The Lancet un nuevo estudio a largo plazo sobre el tema (ARIC), junto con un metaanálisis analizando los resultados de los principales estudios existentes hasta esa fecha. Se trata de "Dietary carbohydrate intake and mortality: a prospective cohort study and meta-analysis" (2018).
El estudio ARIC obtuvo el siguiente gráfico respecto a la relación entre el consumo de carbohidratos y la mortalidad:
Es decir, el rango de menor mortalidad estaba en torno al 50% de la energía.
Y este fue el resultado del metaanálisis de todos los estudios de este tipo que se habían realizado hasta entonces:
Además, los autores calcularon los cambios en el riesgo de mortalidad cuando los carbohidratos se sustituían por alimentos animales o por alimentos vegetales:
Se aprecia claramente que cuando se sustituyen por animales el riesgo aumenta, pero cuando se hace por vegetales, el riesgo se reduce.
Y resumieron sus conclusiones así:
"...encontramos una asociación negativa entre la esperanza de vida a largo plazo tanto para las dietas bajas como para las altas en carbohidratos, cuando no se tiene en cuenta el tipo de alimentos que aportan los carbohidratos. Estos datos proporcionan evidencia adicional de que las dietas bajas en carbohidratos basadas en alimentos animales no deben ser recomendadas. Si se restringe la ingesta de carbohidratos, el reemplazo por grasas y proteínas predominantemente vegetales podría considerarse como un enfoque a largo plazo para promover un envejecimiento saludable".
En el próximo post repasaremos los efectos a corto plazo de las dietas low-carb, antes de presentar las conclusiones.
Saludos de nuevo, Centinel. Justo antes de leer esta serie de artículos sobre los carbohidratos he estado viendo un artículo sobre el mismo tema en otro blog que consulto a menudo.
ResponderEliminarNo sé si lo conocerás. Se llama "Nutrición y belleza", y trata temas relacionados con la alimentación y la cosmética. Personalmente, me interesa más la parte sobre nutrición, aunque leo todo. El autor es Adolfo David Lozano, y es un defensor de la paleodieta (que yo conocí precisamente a través de él).
En algunos aspectos, coincide bastante con lo que tú dices.
Te pongo el enlace por si te apetece echarle un vistazo:
http://www.juventudybelleza.com/2012/07/robert-atkins-un-rebelde-con-causa.html
Nota: entre los seguidores habituales hay a mi juicio unos cuantos "frikis" (lo digo por los comentarios que ponen), obsesionados en exceso por lo que comen.
Por cierto, perdona el sistema "pedestre" del enlace. Intentaré aprender cómo se hace para sucesivas ocasiones.
¡Ah! Otra cosa. Ayer me di un panzón a leer en tu otro blog críticas y comentarios sobre e-readers. Es que estoy pensando en comprarme uno y necesitaba información.
Un saludo.
Natalia
Hola Natalia.
ResponderEliminarNo, no conocía la web, me la apunto, tiene cosas interesantes (aunque las de belleza, como ya imaginarás, no son las que más me atraen), muchas gracias.
Sobre la paleodieta, escribí algunas opiniones en os comentarios de este post, en respuesta a una pregunta:
http://loquedicelacienciaparadelgazar.blogspot.com/2012/05/realmente-es-necesario-comer-todos-los.html
Sobre los e-readers, la oferta que hay ya es excelente y razonable de precio, así que seguro que haces una buena elección. Si te gusta leer, ya verás qué maravilla.
Saludos.
Gracias por el enlace.
EliminarLeí el artículo, con los comentarios correspondientes, cuando lo publicaste, pero me ha sido útil que me lo recordaras.
Saludos,
Natalia